Rojo para la Ley Semáforo
Parecía que la política mendocina buscaría por primera vez en años llegar a un acuerdo, en este caso, para dar certidumbre a una población que está harta.
En medio de la tensión entre radicales y peronistas por el manejo de la pandemia en Mendoza, se había generado la esperanza de un espacio de diálogo, que primero Rodolfo Suarez aceptó y que parece haber clausurado la ministra de Salud (¿y candidata?), Ana María Nadal, que rechazó la propuesta de una Ley Semáforo de Anabel Fernández Sagasti.
El debate, que parecía iniciarse a partir de la reunión entre Suarez y Fernández Sagasti, serviría para mejorar mecanismos y salir del monótono y poco informativo conteo de muertos, recuperados e infectados que da el Ministerio de Salud por día y pasar a un sistema legalizado, que rompa con la pelea entre partidos.
Justamente, estos mensajes de unos contra otros ya hartan a una población espantada por la pandemia de coronavirus, pero también por la imposibilidad de que la política mendocina haga acuerdos, algo que caracteriza a la provincia desde mucho antes de la pandemia y que parecería prorrogarse por tiempo indefinido.
Por ahora, la posibilidad de que se sepa de antemano en qué escenarios se aplicarían restricciones para dar certidumbre a una población harta de decretos que se anuncian, interpretan y modifican vaya a saber bajo qué criterios, quedó postergada. Pero no sólo eso: la simple acción de debatir ideas para intentar arribar a un acuerdo, también.
Sagasti busca el aval de Suarez en una "ley semáforo" para la pandemia
Incluso, este intento de acercamiento que inauguraron Suarez y Fernández Sagasti para saltar la grieta, terminó generando lo contrario: divisiones dentro del radicalismo y del peronismo, ya que el encuentro no cayó bien en algunos dirigentes de uno y otro partido. Algunos llegaron a molestarse porque "nos enteramos de la reunión por los medios".
Anuncios del presidente, interpretaciones del gobernador, restricciones en la provincia, quejas de los intendentes, respuestas de funcionarios, acusaciones de uno y otro lado: a partir de ahora, con una mesa de diálogo que parece clausurada, en Mendoza habrá que acostumbrarse a la tensión permanente.