Confianza, previsibilidad y respeto a las normas

El análisis y la opinión del presidente de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM).

Daniel Ariosto

No necesitamos inventar nada. El país tiene las leyes y normas adecuadas para que las pymes se desarrollen.

Siempre se tuvo en cuenta que las pymes necesitan menos burocracia, normativas adecuadas, leyes que flexibilicen el empleo, acceso a las inversiones, entre otras cosas, pero nunca se implementó ninguna condición que facilite su desarrollo.

Cada vez más son los problemas que nos acucian, desde hace décadas. La inflación, entre ellos, tiene un gran peso condicionada por la falta de confianza, que se da ante la imprevisibilidad. Si los empresarios no confían en las autoridades que manejan la economía, no pueden apostar. Los precios no se estabilizan y así, se mantiene el círculo vicioso.

La coyuntura siempre fue determinante, las medidas económicas se han tomado siempre sin seguir programas. Parche sobre parche, remiendo sobre remiendo.

Si permanentemente se ignoran las leyes y se generan marcos normativos nuevos que se acomodan a los problemas económicos circunstanciales o apetitos electorales del momento, es imposible que haya confianza.

La previsibilidad también es inviable si los comercios sufren, como ha pasado muy frecuentemente, bloqueos, piquetes, manifestaciones, que violan los derechos básicos de trasladarse o de trabajar. Los comercios no pueden abrir, los trabajadores llegar, no se puede ni siquiera vender. Los juicios laborales, pueden provocar el cierre de una pyme. Otro factor de imprevisibilidad.

La política o las urgencias se ponen antes que los marcos normativos y así es como los empresarios, todos los días se levantan con novedades que siempre restan, nunca motivan. Todos estos son problemas estructurales y llevan décadas.

Esto se demuestra con los números que planteó Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios frente a la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación: "La densidad de empresas en la región es: en Chile hay 50 empresas cada 1.000 habitantes, en México, 48; 34, en Uruguay; en Brasil, 26 y en Argentina, 13 o 14 por mil habitantes". Esto demuestra claramente la falta de fomento para este sector.

"La cosas no se han hecho bien, no hay incentivos para los empresarios. Nunca nos sacaron los pies de encima. Nadie nos cuida, nadie nos defiende" continuó el presidente de la CAC. "Necesitamos un régimen de impuestos consolidados, un marco laboral moderno acorde a la actualidad. No buscamos la precariedad laboral, al contrario, queremos incorporar nuevos empleos, queremos invertir", culminó Grinman.

En pleno siglo XXI está todo inventado. No hay que pensar mucho, solo copiar a quienes les fue bien, a los que progresaron. El Estado y nosotros mismos tenemos las herramientas fundamentales para desenvolvernos. Solamente necesitamos respetar la normativa y querer hacer las cosas bien.

Mientras tanto, todos los días estamos un poquito peor.

Tenemos la obligación de salir de esta Argentina tan decadente.

El sector privado será el único que generará la riqueza para que el país se pueda desenvolver, salir adelante, progresar. Y parafraseando a Grinman nuevamente: "Solo necesitamos respetar valores fundamentales en todos los planos y espacios de nuestra vida: Confianza, previsibilidad y respeto a las normas".

EL AUTOR. Daniel Ariosto, presidente de la UCIM.




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