Renuncias para que se vayan otros (y no sólo Guzmán y Cafiero)
La ola de cartas de renuncias de funcionarios kirchneristas no hace otra cosa que presionar al grupo pequeño que acompaña al presidente Fernández. ¿Quién es el más resistido?
Desde ministros, pasando por titulares de organismos y hasta el presidente de Aerolíneas Argentinas, los principales funcionarios kirchneristas del Gobierno pusieron a disposición la renuncia. Pero lejos de facilitarle una oxigenación del Gabinete a Alberto Fernández tras la catástrofe del domingo, claramente se trata de un mecanismo de presión para forzar la salida de aquellos que no tenían pensado ofrecer su dimisión al Presidente.
Sabido es que mientras que Cristina Kirchner llegó en diciembre de 2019 con un colectivo lleno, Alberto Fernández lo hizo en un Uber acompañado por un puñado de funcionarios, justamente los que ahora el kirchnerismo buscar sacar de Casa Rosada. Y no sólo apuntan Martín Guzmán y Santiago Cafiero, sino también a Matías Kulfas y al funcionario que genera más rechazo en la actualidad: el secretario de Comunicación, Juan Pablo Biondi.
Si hay que hacer un ránking de funcionarios que generan más rechazo en el entorno de Cristina Kirchner, quien lo encabeza es Biondi, pese a no tener la exposición del resto de los dirigentes más cercanos a Alberto Fernández. Más allá de cuestionar la forma en que se administra la pauta oficial, no conciben que siga en el Gabinete después del escándalo generado por la fiesta en Olivos, pero principalmente por la difusión de las fotos de aquel cumpleaños de Fabiola Yáñez.
¿Por qué apuntan contra Biondi? Porque quien fuera su pareja, la periodista de La Nación Guadalupe Vázquez, fue quien hizo públicas las imágenes de la fiesta en Olivos. Desde entonces, todas las sospechas apuntaron contra el secretario de Comunicación, esperando que rápidamente saliera eyectado de Casa Rosada, lo que finalmente no ocurrió.
Con este antecedente, desde que se conocieron los resultados de las PASO el domingo, el kirchnerismo no paró de bombardearlo indirectamente: hasta la candidata mendocina Anabel Fernández Sagasti habló de "errores de comunicación" como un argumento central para encontrarle explicación a la derrota electoral. Claro está, el destinatario de esto no era otro que el secretario de Comunicación.
Esta ola sincronizada de renuncias claramente no la esperaba Fernández, quien más temprano respaldó a su ministro de Economía, Martín Guzmán, con quien presentó el esperado proyecto de Ley de Hidrocarburos. Lo que queda claro es que quien apunta a una renovación del Gabinete es la vicepresidenta, quien pese a la resistencia del jefe de Estado, inició unilateralmente su plan.