Un muy duro momento para todas las pymes

El presidente de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza, Daniel Ariosto, analiza la situación crítica de las pymes.

Daniel Ariosto

Es cierto que el desorden y el caos alcanzó en estas últimas décadas, a todos los aspectos y sectores de nuestra sociedad.

La economía particularmente fue dañada a niveles escandalosos junto a la pérdida de valores sociales y culturales que nos llevaron hasta la desesperanza.

Los afectados son millones y millones de argentinos que vieron caer su nivel adquisitivo, educativo, salud y seguridad, por solo mencionar algunos aspectos deteriorados por malas administraciones.

Entre los perjudicados y supervivientes podemos mencionar a las pymes que se achican al ritmo que aumenta la pobreza, las azota la inflación, se incrementan los servicios, la recesión y la pérdida del poder adquisitivo de fundamentalmente, la clase media de nuestro país.

En este contexto el gobierno nacional, con una propuesta de administración totalmente diferente, a 7 meses de asumir, como se prevé, aún está ocupado en la macroeconomía, que está costando encauzar y que llevará mucho tiempo encaminar hacia la meta que se propuso.

Por su parte, los gobiernos provinciales se quedaron con la responsabilidad de acompañar el proyecto a futuro y a la vez, por su cercanía, atender las urgencias de los distintos sectores que se quedaron de un día para otro, por cuestiones ajenas a su responsabilidad, sin posibilidades de continuar con su actividad.

Tal es el caso de las empresas constructoras de obras públicas, por la decisión del gobierno nacional de suspender todo proyecto, comenzado o no y también, para dar otro ejemplo, el turismo que dada la escasez de recursos en lo interno y el tipo de cambio desfavorable para los extranjeros, ha sufrido una fuerte caída.

Los empresarios que están en la cúspide de la pirámide por los volúmenes de sus actividades y sus ingresos, en este momento, pueden abocarse a proyectar, identificando los sectores que recibirán mayor impulso y entonces, diseñar nuevas oportunidades de negocios.

Pero las pymes, que viven el día a día, parten desde otra base. No solo fueron afectadas por políticas desastrosas en el pasado, sino que hoy, en un contexto aún más complicado, no son apoyadas por la gestión nacional, ni la provincial, ni municipal.

Es conocido por todos que las pymes son las que generan mayor actividad económica y más empleo entonces, nos preguntamos ¿por qué no existen regímenes especiales de créditos por ejemplo para necesidades tales como equipamiento, reformas o mejoras, mantenimiento de equipos, instalaciones, movilidades, etc.? o lo que haga falta para que puedan mantenerse y mejorar sus servicios, lo que generaría más trabajo que se reflejaría en consumo.

O en otro ámbito, en el caso de Mendoza por qué nadie se preocupa por ejemplo de la realidad de los camioneros que pasan semanas en condiciones infrahumanas (en este tiempo han fallecido en la alta montaña dos personas) sin que se presente alguna alternativa a esta problemática que se ha vuelto eterna.

Los problemas cotidianos, reales, concretos, quizá insignificantes para las autoridades, muchas veces, son vitales, determinantes para 5 o 6 familias de un lugar recóndito de nuestro país, lo que se multiplica por miles y miles.

La economía no depende solo de lo macro. La economía también se construye desde abajo, desde lo particular a lo general. Será tarea de los gobiernos locales y provinciales ocuparse y aglutinar intenciones para que hoteles puedan adquirir sábanas y muebles, los transportistas arreglar sus vehículos, los camioneros no pasar frío mientras espera y los comerciantes tengan seguridad. Esos también son problemas que impactan de una manera u otra en la economía.

¿Podrán organizarse y articular privados y estatales, dirigentes y emprendedores para superar problemáticas que afectan la posibilidad de seguir adelante?

Necesitamos las condiciones indispensables para producir, comerciar, brindar servicios, en fin, funcionar y reconstruir la difícil realidad que padecemos ya que, como no nos cansamos de decirlo, solo la empresa genera riqueza y empleo.


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