Poner en valor a la escuela: consideraciones sobre el proyecto de Ley de Educación
Un aporte Elia Ana Bianchi de Zizzias sobre la necesidad de una Ley de Educación para Mendoza. Fue profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, ha ocupado el cargo de decana de esa facultad, diputada nacional (MC), investigadora, escritora, y artista plástica.
La percepción que la ciudadanía, en general, tiene de la crisis educativa es congruente con la realidad del país: el sistema ha colapsado y no responde a las complejas situaciones de un contexto signado por la pandemia, el aumento de la pobreza, la exclusión, la discriminación, la fragmentación , la violencia , la expansión de patologías sociales, el avance exponencial de los conocimientos, especialmente, los de ciencia y tecnología de la información.
La institución escolar como producción social, no debe ser ajena a estos escenarios, que nos plantean nuevas miradas para comprender y operar en estas realidades que nos demandan conceptualizaciones diferentes.
En esta situación, las críticas y la desvalorización de la escuela pública se multiplican, también las declaraciones de gobernantes y políticos, los enunciados teóricos de pedagogos y especialistas y las demandas de instituciones religiosas y organizaciones civiles no gubernamentales. Sin embargo, no hemos acertado en soluciones estructurales que nos permitan construir estrategias viables para esta crisis cuasi terminal del modelo educativo actual.
Frente a esta realidad multicausal ý multireferencial existen dos posiciones peligrosas: la primera, con cierto tinte de conservadurismo que sostiene que todo tiempo pasado fue mejor, defendiendo el modelo societario de un Estado protagonista y que se ha denominado Estadocéntrica (Cavallo.1999). La segunda, consistente en fuertes argumentos se sectores económicos o religiosos, que proponen el retiro gradual de un estado cuestionado en algunas de sus funciones y exigen mayor autonomía de decisión en cuestiones de gestión y ordenamiento curricular.
Lo cierto es que estamos cansados de las marchas y contramarchas que suponen los cambios de gestión en las políticas educativas, que a juzgar por los resultados obtenidos han generado no solo mayores conflictos, exclusión, fragmentación, aumento de analfabetos funcionales, baja de la calidad educativa, sino que también están hipotecando el futuro de nuestros niños y jóvenes en un mundo altamente competitivo.
El nuevo proyecto de Ley Provincial de Educación de la Provincia de Mendoza, reemplazará a la Ley Provincial Vigente(6.970/2002) . Han pasado 18 años de una ley que homologaba la nefasta Ley Federal de Educación. Al mismo tiempo, hemos asistido al fracaso de varios intentos de proyectos de ley modificatorios o nuevos. El Mundo cambia vertiginosamente y el país, también. lamentablemente, no para progresar, sino para referenciarlo como país poco confiable, éticamente inestable, con falencias jurídicas y grietas políticas.
Entonces, lo que resulta evidente en este panorama es la necesidad de pensar y proyectar un cambio de Paradigma educativo, consensuado y sostenido en el tiempo. Pensar en profundidad, reconceptualizar categorías para construir un modelo cuya organización responda a las variables contextuales y a la emergencia de subjetividades críticas, responsables, solidarias y libres.
En consecuencia, tenemos que reflexionar, dialogar, debatir sobre nuevas significaciones de lo público y lo privado, de lo común, de recorridos curriculares, de actores emergentes, del impacto de las tecnologías de la información, modelos organizacionales y de gestión, etc. Volver a pensar sobre conceptos tales como espacio y tiempo educativo, representación, interpretación, diferencia, inclusión, calidad, biopolítica y otros. Sin perder de vista que niños, jóvenes y adultos son actores del sistema con nuevas necesidades, capacidades y exigencias que emergen de un escenario social, político y económico complejo y en permanente cambio.
Este nuevo proyecto de Ley nos invita construir un espacio plural que nos convoque a pensar desde el diálogo multidisciplinar, la reflexión teórica de corrientes filosóficas que inciden en nuevas perspectivas de investigación para la educación, los enfoques sociológicos y éticos, la investigación y la observación crítica de los territorios concretos en los cuales se instalan las instituciones escolares. De igual importancia consideramos que no basta la suma de enunciados en un denso articulado, sino que deben expresar con claridad los modos en que se traducen en la práctica y en las gestiones organizacionales.
Epílogo:
En los escenarios actuales con un 45% de la población en estado de pobreza; 50% de niños vulnerables, estado de crisis económica; restricciones pandémicas que crean en la población angustia e incertidumbre, me pregunto si estará la comunidad educativa en condiciones de contribuir a mejorar y aportar ideas al nuevo proyecto de ley.