Pensando y haciendo futuro en un año de incertidumbre
La diputada radical Daniela García reflexiona aquí sobre el período de mayo a mayo, un año de pandemia. Desde el anterior discurso de Suarez a la Legislatura hasta el de hoy.
Como una escollera a merced de las olas cuando se pica el mar, la realidad económica y social de Mendoza ha resistido los embates de una crisis sin precedentes, y de los desaires de quienes debieran aportar una mirada federal a los recursos de la Nación para que todas y cada una de las provincias pueda salir adelante o mantenerse en pie.
El 2020 fue un año completo de incertidumbres, que nos obligó a pensar alternativas viables para paliar la crisis, en un contexto donde la ciudadanía espera aún mucho más de la dirigencia política y de la gestión Estatal.
El impacto de la pandemia es terrible, la realidad económica es palpable, la ciudadanía la siente en los bolsillos. Basta simplemente mencionar el último incremento de 6% de YPF en combustibles de hace un par de semanas. Contando este último, se realizaron 7 aumentos consecutivos en lo que va del año.
Es claro el impacto en el índice de precio al consumidor de estos tarifazos, logrando que la inflación en Mendoza, fuera en este trimestre, la más alta en 30 años. La inflación es proporcional a la pobreza, no es un secreto. Lo terrible es que el último índice nacional arroja un escalofriante 40,9% de argentinos y argentinas pobres. Los más afectados de esta realidad son las niñas y niños, actualmente se calcula que el 57,7% están por debajo de la línea de la pobreza.
Las políticas que se aplican sin pensar en el efecto que tendrá en los diversos sectores, sociales, económicos, educativos, agravaron la situación de la población, y es lo que sucedió en Argentina. Sólo por recordar el encierro indiscriminado, donde muchas personas no pudieron trabajar, las pymes cerraron, donde los niños y niñas no tuvieron clases presenciales, incrementando la brecha de desigualdad entre los que pueden y no, esto generará efectos nocivos por varios años en nuestro país.
A esto sumamos promesas incumplidas de vacunación masiva, como también falta de negociaciones con los productores de vacunas por temas ideológicos. Estos efectos recaen directamente sobre nosotros y deben mitigarse con decisiones políticas de las jurisdicciones provinciales.
Es por ello que es tan necesario un manejo responsable de la pandemia, en donde prime un equilibrio económico y sanitario, claramente esta ha sido la política de nuestro gobernador desde un inicio, sin embargo hay gran diferencia con la adopción de las decisiones a nivel Nacional. Pero más allá de una crítica a la conducción de ésta última, tiene por finalidad este texto hacer un breve análisis o balance de como Mendoza resistió un año catastrófico.
Las políticas deben aplicarse con un criterio integral y multidisciplinario. Frente a las condiciones adversas de pandemia, de decisiones Nacionales erráticas y equivocadas, en nuestra provincia se fortaleció el sistema de salud, y acá es importante destacar la actuación de todo el personal, que a pesar de su cansancio sigue, se mantuvo firme en la primer línea de batalla contra el virus.
La puesta a punto de los Hospitales, a través de protocolos e insumos, permitieron que Mendoza esté preparada para afrontar una apertura equilibrada, para mantener un sistema de salud que respondiera, y para dejar operar a las industrias, pymes, y trabajadores cuentapropistas, porque es lo que le da la supervivencia a miles de trabajadoras/es mendocinos. Esto último destacando que es un provincia que depende del empleo privado a diferencia de otras.
Para ellos también se desarrollaron diversos programas de fomento del empleo y de la inversión, como el programa Enlace y Mendoza activa es y será una herramienta de colaboración para la economía.
El Programa Mendoza Activa que arrancó en Agosto del 2020, tiene por objetivo sostener el funcionamiento de las micro, pequeña y mediana empresas, con cuatro ejes principales de la economía: comercio y servicios, construcción, industria y agro. Para este programa se presentaron aproximadamente 2300 proyectos y más del 85% se encuentran activos y en marcha. Esto representa una inversión de $11.622.588.736 para reactivar la economía de parte de privados con apoyo estatal.
Fue el primer programa de estas características, y los resultados son tremendamente positivos.
Con respecto a las exportaciones, Mendoza se mantuvo en un estadío positivo en números generales, porque la provincia sostuvo el volumen de las exportaciones que venían creciendo en años anteriores, Y a pesar de los pronósticos, en un año tan atípico como fue el 2020, se superaron los números de exportación del año 2019, y las expectativas para lo que resta del 2021 son alentadoras.
La posibilidad de poder trabajar, elaborar y producir, fue fundamental para que estos datos sean alentadores. Para sector Turístico y Gastronómico, uno de los más afectados, puede que parezcan pocos los esfuerzos, sin embargo el optar por mantener la circulación, apelando a la responsabilidad social, sin restringir los horarios como ha sucedido en Provincia de Buenos Aires, tiene por finalidad dar respiro a los comercios y Pymes que necesitan trabajar.
A la vez, y como muy pocas provincias han hecho, Mendoza mantiene una postura defendiendo las clases presenciales, porque el impacto de no poder acceder a la educación, la socialización y en última instancia, los alimentos que proveen las escuelas, es de un daño terrible. Entender que la conectividad no es algo general, y que con los índices de pobreza existentes es imposible creer que todos los niños y niñas pueden acceder a la virtualidad, es fundamental, para comprender que se necesitan las escuelas abiertas, siempre que se sostengan los protocolos necesarios para evitar contagios.
Pensar en acortar esas brechas de desigualdad es pensar en el futuro, mantener las escuelas abiertas, generar trabajo, desarrollar un nuevo proyecto en Potasio Río Colorado, realizar y seguir adelante con Portezuelo del viento, fomentar el primer empleo, incentivar la innovación tecnnológica y apoyar las inversiones que se realicen en Mendoza, implican que en un año colmado de incertidumbres, pudimos proyectar a nuestra provincia y pese a todas las dificultades, el futuro no es tan oscuro, y pese a las olas que siguen llegando, no solo del virus, sino también de dificultades sociales y económicas, Mendoza resiste y puede mantenerse firme y en pie.