Massa avanza lento por una estrecha cornisa rumbo a diciembre
El ministro de Economía, Sergio Massa, hizo un mega canje importante de bonos y quiere que FMI le mande desembolsos de este año y del próximo. El panorama económico de Rodolfo Cavagnaro.
A medida que pasan los días los problemas para el gobierno se siguen acumulando. El ministro Sergio Massa opera con una premisa: llegar a diciembre sin tener que hacer una maxi devaluación. Por la inflación mucho ya no se preocupa, lo considera una batalla perdida porque no han bajado el déficit y sigue emitiendo, aunque intenta ponerle algún freno atrasando, nuevamente, el tipo de cambio oficial, que evoluciona a menor velocidad que el IPC. Así, la presión por el atraso cambiario es cada vez mayor.
Para el gobierno, llegar a diciembre implica tratar de patear la mayor cantidad de obligaciones para después del 10 de diciembre. Este jueves se realizó un mega canje de bonos. Se ofrecieron obligaciones por más 9,7 billones de pesos y se pudieron canjear 7,4 millones, lo que equivale a un 78%. De lo canjeado, el 90% correspondieron a tenencias de entidades estatales (Banco Central, Anses, Banco Nación) y el 10% restante a entidades privadas.
El problema es que no se pudo canjear casi nada de la deuda de junio, que está toda en manos privadas y que alcanza a una suma 1 billón de pesos. De todos modos, la mayoría de los vencimientos se postergaron para fechas que van desde agosto de 2024 hasta enero de 2025, con lo cual ya le están dejando comprometidas las finanzas al próximo gobierno. Asimismo, el Gobierno consiguió postergar vencimientos de 11,6 millones a 4,2 millones
Con los vencimientos de junio, de 1 billón de pesos, el Gobierno deberá volver a emitir, además de lo que debe emitir para financiar el déficit, con lo cual habrá más presión inflacionaria, justo en el mes que a nivel nacional cierran las listas y las alianzas para encaminar hasta las PASO. No obstante, la situación sigue siendo compleja por lo que la secretaría de Finanzas seguirá emitiendo bonos duales (ajustan por inflación o por dólar, a elección del bonista) para financiar los déficits fiscales que se seguirán generando, mientras que el Banco Central seguirá emitiendo Leliq para pagar los intereses de los anteriores títulos y, además, nuevos títulos para absorber los excesos de circulante que generan las emisiones monetarias.
Con todo esto, el tema inflación parece haber pasado a un segundo plano. Se están indexando casi todas las variables, menos las jubilaciones, que crecen menos que la inflación, y la devaluación del dólar oficial, que también lo hace a menor ritmo. La inflación parece una batalla perdida para el Gobierno, que considera más grave devaluar que bajar la inflación. Hace acordar a la torpeza de Fernando de la Rúa, quien juraba que la Convertibilidad no se tocaba, hasta que el mercado le hizo estallar todo por el aire.
Dólares que no aparecen
La situación de las reservas viene cada día peor y el ministro Massa trata de avanzar en las negociaciones con el FMI para hacerse de un volumen que le permita llegar hasta diciembre sin tener que devaluar. Después de la magra cosecha de nuevos yuanes, en el reciente viaje a China y sin plata de los BRICS, se reflotaron las negociaciones con el FMI, intentando conseguir un volumen mayor al esperado originalmente.
El problema es serio porque ya hay acumulada una deuda mayor de us$13.000 millones en autorizaciones de exportaciones que seguramente ya están en los puertos y no se pueden liberar por falta de entrega de las divisas. El problema volvió a surgir esta semana cuando la empresa Flybondi anunciaba que debía parar dos aviones porque el Banco Central no le entrega las divisas para pagar las cuotas del leasing, que es la modalidad bajo la que se adquieren las aeronaves. A raíz del escándalo y las críticas, finalmente se entregaron los dólares.
También se registraron problemas con empresas que no podían pagar los fletes marítimos, y no podían liberar sus mercancías. Esta semana se supo que los laboratorios medicinales, a los cuales les habían dicho que se pagaran ellos sus importaciones, advirtieron que de esa manera impactaría en los precios los medicamentos. No obstante, les autorizan las importaciones con pagos a 60 días, lo que pone en riesgo el abastecimiento muchas especialidades ya que la mayoría son importados y otros tiene un 90% de componentes importados. Además, tiene fechas de vencimientos cortas por lo que, con eso plazo, muchos medicamentos no podrían entrar.
Bajo sospecha, Tombolini admitió que 1 de cada 10 importaciones no se autoriza
Lo cierto es que no hay certezas de que el FMI vaya a resolver con velocidad la necesidad del ministro, que tiene que administrar una situación compleja. En mayo, cuando se terminó el último plan soja, se habían conseguido recomponer un poco de reservas, pero en lo que va de junio lleva un saldo negativo de us$142 millones. Se habla de la posibilidad de un "dólar maíz", aprovechando que la cosecha del cereal de segunda será mejor que la de primera. En lo que corresponde a las exportaciones de economías regionales, solo se consiguieron us$ 300 millones y por el atraso del dólar oficial casi no entran dólares de exportaciones.
Gastando a cuenta
En esta estrategia de llegar de cualquier manera, ya explicamos lo que hace Massa "pateando" deuda de cortísimo plazo a nuevos términos desde agosto 2024 hasta enero 2025. Pero ahora el ministro el agrega otro condimento a la negociación con el FMI. En principio, está pidiendo que le anticipen la totalidad de los fondos que restan hasta fin de año. Entre ellos se incluyen 3.000 millones que debían ingresar en diciembre de 2023, cuando ya haya asumido el nuevo gobierno.
Pero, por otra parte, el ministro quiere que el FMI le mande unos US$1.800 millones que corresponderían a los desembolsos de 2024, con lo cual totalizarían US$12.400 millones, en dos desembolsos, uno en julio y otro en setiembre. Como en algunos casos se trataría de fondos que le corresponderían al próximo gobierno, el FMI pediría algún tipo de garantía política o pondría una exigencia para que esos fondos solo se usen para acumular reservas, sin intervenir en los mercados.
Por ahora las negociaciones se mantienen en el máximo hermetismo. Esta semana llegarían a EEUU dos miembros del equipo económico y Massa se agregaría a partir del 21 de junio. Aunque la resolución de caso llevaría no menos de tres semanas, el gobierno habría decidido hacer dos pagos al FMI, que totalizan unos us$2200 de manera de no complicar más negociaciones.
Mientras tanto, extendieron el cepo a las provincias, porque ahora quieren que ellas consigan sus dólares para pagar sus deudas y el BCRA solo les entregaría un 40%. Córdoba reaccionó, planteó un amparo y fue receptado positivamente por la Justicia. El jueves el BCRA le giró los us$160 millones para que hiciera su pago. Mendoza se ha quejado políticamente, pero hasta ahora no hay ningún recurso.
Entre tanto, el Banco Central sigue interviniendo en el mercado para evitar que los dólares paralelos presionen sobre los precios. Y para ello gasta divisas que no les entrega a los importadores. Una paradoja, pero el objetivo de mantener contenido al dólar blue y sus pares MEO y el CCL. Esta semana tuvo un saldo negativo de US$224 millones. Por supuesto, el gobierno también se olvidó de la necesidad de crecimiento porque ataca sobre la línea de flotación, desalentando las inversiones y las posibilidades de generar nuevos puestos de trabajo.