Voto en blanco, ¿un nuevo partido político?
"No es bueno para Mendoza tener esos porcentajes de ciudadanos que descreen de todo. No es bueno que la tercera fuerza política en nuestra provincia sea el descontento".
En las elecciones PASO (Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias), el gran protagonista sin lugar a dudas fue, el voto en blanco.
También conocido como voto bronca, o voto castigo, se aseguró el domingo último pasado un inquietante tercer lugar. Si al casi 10% de estos votos le sumáramos los votos nulos deberíamos adjetivar de manera distinta, y cambiar inquietante por preocupante, ya que el porcentaje de ambos superó el 13%. Es decir que con esos números tendríamos en la legislatura un representante silencioso, sin voz ni voto, pero con un mensaje contundente de descontento hacia la clase política en general, porque así lo ha determinado una parte de la sociedad.
El primer mensaje que se me ocurre, quiso dar esa parte de la ciudadanía, es de descreimiento. Evidentemente los mendocinos sabemos votar, tenemos madurez cívica para hacerlo, y eso conlleva a pretender más de nuestros representantes. El slogan" la culpa es del otro/del anterior" ya no parece convencer, ya no seduce, ya no alcanza. Es más bien, una muletilla gastada que atrasa, que generó un efecto boomerang negativo para los partidos políticos.
La falta de propuestas fue el segundo atenuante. Algunos partidos políticos se dedicaron a enumerar los errores de sus contrincantes, otros en cambio, desarrollaron el Teorema de Baglini ("... mientras mas lejos se está de ganar, más grandes son las promesas de campaña", cosa que hicieron de manera brillante.
Soy un convencido de que las urnas hablan, y lo hacen para que los políticos tomen nota y que la política se nutra, enriquezca, y utilice la herramienta de la representación en pos del bien para todos y todas.
No creo que haga falta discursos llenos de irrealismo, de utopías y mucho menos de agravios.
De una vez por todas nos deben decir la verdad, y si ésta es nefasta o mala, nos deben decir cómo hacer para revertir esa realidad. No basta con maquillaje en las gestiones de gobierno, tampoco sirve decirnos u obligarnos a vivir con el miedo como instrumento de gestión y enterarnos de que quienes nos gobiernan carecen de ética y moral, sobretodo en tiempos de pandemia.
Las minorías también deberán esforzarse y trabajar en propuestas sobre políticas públicas que beneficien a la ciudadanía apuntando a ese gran porcentaje de mendocinos descontentos con ambos lados de la polarización.
No es bueno para Mendoza tener esos porcentajes de ciudadanos que descreen de todo. No es bueno que la tercera fuerza política en nuestra provincia sea el descontento. Noviembre nos dirá si los partidos políticos han sido capaces de recomponer el vínculo y refrendar un nuevo contrato social para que TODOS los mendocinos y mendocinas tengamos representación parlamentaria con voz y voto.
EL AUTOR. Sergio Gómez. Tec. Sup. Adm. Pública H.C.S. Concejal (MC) de Luján de Cuyo.
