Ejercer la gratitud
Tiempo de recapacitaciones: José Jorge Chade lo hace e invita a hacerlo.
El ejercicio de la gratitud es un gran dilema, importante para dilucidar en estos tiempos de acercamiento afectivo-emotivo que nos traen las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Y, a propósito de las fiestas, hoy tuvimos un almuerzo para celebrar el año entre amigos, de aquellos amigos con los cuales enriquecemos nuestra vida. La verdadera amistad se compone de pequeños gestos cariñosos que no exigen nada a cambio, pero que demuestran que hemos pensado en esa persona y que esa persona ha pensado en nosotros.
Bueno entre estos amigos sentados todos a la mesa, uno de ellos dijo, en unos días es mi cumpleaños, no quiero regalos, quiero que mis amigos escriban una carta de gratitud, y esto me pareció estupendo, algo que podría ser muy útil, precisamente en días como estos en los que todo es tan complicado, frustrante y difícil.
Por lo tanto, pensé, no necesitas una esterilla de yoga, sólo un trozo de papel y un bolígrafo, o un lápiz si eres como yo.
Es obvio que ser agradecidos nos hace sentir bien, mientras que no es tan obvio que la persona que expresa este sentimiento reciba grandes beneficios de él.
Sin embargo, creo que la gratitud es un ingrediente importante de la felicidad.
Ser capaz de reconocer, pero sobre todo de ver, todas las cosas bellas que hemos creado, las pequeñas cosas maravillosas que tenemos, las personas que dan sentido a todo ello ponen de relieve lo que es bueno y ser agradecido nos permite dejar de darlo todo por sentado.
Tenemos que cultivar la gratitud para que dé frutos.
Por lo tanto, podemos entrenarnos para ser más agradecidos empezando a prestar más atención a lo que es bello a nuestro alrededor.
La gratitud relaja, ahuyenta los pensamientos negativos, trae consigo otras emociones positivas, en definitiva, es bienestar.
Sentirse agradecido es una cuestión de actitud, elegimos ser agradecidos, no tiene nada que ver con la cortesía y la educación, que siempre se agradecen. Es ver el cuadro completo a través de cada pequeño píxel de color de nuestras vidas.
Como dije anteriormente el sentido de la gratitud se aprende y se entrena.
Podemos empezar ahora simplemente anotando, después de pararnos un momento a pensar en ello, las cosas por las que podemos estar agradecidos hoy. No hay cosas obvias o triviales, cada uno es libre de estar agradecido por lo que quiera.
Volveremos a hacerlo mañana. Y pasado mañana, y así disfrutar con ello. Y en este modo encontrar los espacios de gratitud que tenemos para descubrir y rellenar con nuestras propias reflexiones.