Las dos "mentiras" pequeñas, pero definitorias, que sostiene la política disfrazada de Justicia Electoral
En al menos dos aspectos, el arbitraje del fair play en las elecciones "hace como que", pero no define reglas actualizadas, útiles y por lo tanto, caen en la misma bolsa que todos los demás cuestionados del sistema político.
Ya sabemos: no se puede hacer propaganda electoral desde el viernes a las 8 de la mañana. Es así, pero no tan así. La prohibición rige para los medios de comunicación y los candidatos, "para todos" le gusta decir a la Justicia Electoral para envalentonarse. Sin embargo también sabemos que no es así. Al no haberse reglamentado el funcionamiento de las redes sociales en tiempos de elecciones, han quedado liberadas.
Lo que ejecuta son las decisiones que toman los legisladores, por supuesto, y no puede inventar normas a su gusto. Pero es cierto que integra la Junta Electoral, justo con ellos, que son además los representantes de los partidos políticos. Si no cambian nada es porque están cómodos con lo que pasa, por incómodo que suene para el resto de la sociedad.
Atención a esto que pasa: ¿alguien entra directamente a los medios de comunicación (salvo radios y TV, que están en domicilios y autos, ademá de en la web) o lo hace por las redes sociales como primera instancia?
Sin dudas, la mayor cantidad de accesos a la mayoría de los medios periodísticos es por las redes. Y resulta insólita, además de inútil, la prohibición de difusión de información partidaria: sucede en las redes, con más fuerza que en ningún otro lado.
Entonces, ¿de qué sirve esta decisión antigua, mañosa y también absurda de la Justicia Electoral? Para nada. Dicho eso, o se arma una megaprohibición con capacidad de control total y sanciones fuertes, o bien se libera y que cada quien diga lo que quiera en libertad en donde le plazca, como pasa en la mayor parte de los países del mundo?
Además, ¿alguien se cree que la veda se trata de "un período de reflexión" sin influencia para los electores? Cuando la gente de la Justicia Electoral (que es la política con otro sombrero, nadie crea que es un tribunal celestial) lo dice lo hace, seguramente, conteniendo la carcajada. Sabe que es mentira, además de inconducente. No se creen ni ellos mismos ese período de retiro espiritual de la gente solo porque no se haga campaña hasta el momento mismo de votar.
En Costa Rica, país que lidera muchos aspectos de la vida económica en América Latina, que logró integrar la OCDE y que tiene algunos de los ejemplos más interesantes en materia de gestión -aunque sin sobreapreciarla, porque tiene sus cosas- es uno de los lugares en donde la veda no existe y se hace campaña hasta el mismo día de votación. Se han dado cuenta de que la gente no es tan estúpida como mucha dirigencia prefiere creer: el votante también sabrá valorar la exageración de la campaña y obligaría a los partidos a ser más estratégicos en sus mensajes y no tan cansadores, pero además obliga a los medios a ser más serios, para no pifiarle un minuto después y pasarla tan mal (como casi siempre le pasa a C5N hoy por hoy) cuando se conozcan los resultados.
Ahí hay uno de los asuntos que la Justicia Electoral prefiere no blanquear y mantiene escondido, aunque se le nota en los modos que no puede o no quiere controlar.
El otro es la multa a quienes no van a votar. ¡100 pesos!
¿Nos están tomando el pelo? "Es simbólico", argumentan la política unida pero con otro sombrero, disfrazada de Justicia Electoral. ¿Se quiere habilitar un voto optativo "en negro", sin admitirlo o no tienen ganas de enfrentar a la sociedad que está harta de su ineficacia y poner multas "posta", costosas, que condicionen y hagan daño? Sobre esto último: ¿estamos todos convencidos de que el voto tiene que ser obligatorio o hay unas ganas contenidas en algún closet de que no lo sea?
El hecho de sostener una multa de ¡100 pesos! bajo un abanico de argumentos siempre a mano para zafar de las preguntas de la prensa no da la razón: ¡hagan algo! O decidan eliminar las multas, lo cual sería habilitar la opcionalidad del voto de hecho, o cambien los montos o sanciones.
Como vemos, todo lo que implique una decisión más o menos racional, la dejan "para después". "Mañana será otro día", dicen, sosteniendo un status quo insólito, incomprensible y que aporta a la falta de credibilidad en el sistema. Porque si la Justicia se cree por fuera de la política solo porque la gente no es capaz de reconocer a todos sus integrantes en un supermercado o porque no paguen impuestos y se crean en una torre de marfil, hay que advertirles que esos privilegios solo los empujan más hacia el fondo de una bolsa, junto a los peores.
Son pequeñeces, tal vez, pero que hacen al correcto o mal funcionamiento de todo. Ojalá se den cuenta.