Malvinas: Unidad nacional más allá de las ideologías y de la política

En vísperas de un nuevo 2 de abril, un texto de Rubén Zavi para poner de pie el recuerdo vivo de los sucesos dramáticos de 1982.

Rubén Zavi
Politólogo y especialista en Comunicación Política

La Guerra de Malvinas de 1982 marcó un punto de inflexión en la historia argentina. Si bien fue una acción impulsada por la dictadura militar en un intento desesperado de legitimación, el conflicto generó un fuerte sentido de unidad en la sociedad. En los años posteriores, la conmemoración del 2 de abril ha evolucionado desde un reconocimiento tardío de los veteranos hasta una reivindicación colectiva que atraviesa generaciones.

Instituciones educativas, medios de comunicación y organizaciones civiles han desempeñado un papel clave en mantener viva la memoria. La enseñanza sobre Malvinas en las escuelas y las producciones culturales han permitido que la causa siga vigente en la conciencia nacional.

El rol de la sociedad en la construcción del recuerdo

La memoria de Malvinas no solo ha sido impulsada desde el Estado, sino también desde la propia sociedad. En las primeras décadas posteriores a la guerra, los excombatientes enfrentaron la desmalvinización y la indiferencia, pero con el tiempo su reconocimiento ha crecido gracias a la lucha de organizaciones de veteranos y la sensibilización social.

Diferentes generaciones perciben el conflicto de manera distinta: para quienes vivieron la guerra, el recuerdo está marcado por el impacto inmediato, mientras que los más jóvenes han aprendido sobre Malvinas a través del relato histórico y la reivindicación política y cultural.

Las iniciativas sociales y culturales, como marchas, murales, documentales y encuentros con excombatientes, han sido fundamentales para mantener vivo el reconocimiento.

Unidad nacional más allá del contexto histórico

Uno de los aspectos más significativos de Malvinas es su capacidad de unir a los argentinos, más allá de divisiones políticas e ideológicas. Aunque la guerra fue decidida por un gobierno de facto, el sentimiento de soberanía sobre las islas ha trascendido los gobiernos democráticos y ha sido defendido por todas las administraciones.

Los veteranos representan esa unidad: son un símbolo de sacrificio y entrega por la patria. En los discursos oficiales, Malvinas es una causa nacional que rara vez genera disputas partidarias, lo que demuestra su carácter de punto de encuentro en la sociedad.

No obstante, existe el riesgo de que la memoria se fragmente si se politiza el recuerdo. La clave está en mantener la reivindicación desde una perspectiva de unidad y reconocimiento histórico, sin que la causa sea utilizada con fines sectoriales.

Representación en el discurso oficial y político

Los distintos gobiernos han abordado Malvinas como una cuestión de Estado. Desde la transición democrática, todos los presidentes han sostenido el reclamo de soberanía y han impulsado políticas de reconocimiento a los veteranos.

Sin embargo, el tratamiento de la causa ha variado en intensidad y enfoque. Algunos gobiernos han promovido activamente el reclamo en foros internacionales, mientras que otros han optado por una estrategia diplomática de menor confrontación.

Los veteranos han ganado un lugar en la agenda pública, pero su participación sigue siendo desigual. Si bien hay avances en políticas de reconocimiento, aún persisten demandas sobre pensiones, salud y memoria. La voz de los excombatientes debe ser un eje central en el diseño de políticas que garanticen su bienestar y dignidad.

La necesidad de una gestión proactiva de la memoria y el reconocimiento

La gestión de una situación de crisis no se puede reducir solo al conjunto de medidas reactivas que se inauguran con la aparición de este fenómeno. Las administraciones, como organizaciones expuestas a sufrir una crisis, deben apostar por una gestión proactiva con una planificación de medidas de previsión y planificación, aun cuando nunca llegue a darse situaciones de este tipo (González Herrero, 1998). «La incapacidad de prever una crisis es uno de los principales factores para que estas se produzcan y se agraven. Cuanto mejor pueda usted prever todos los aspectos de una crisis, mejor podrá dominarla cuando ésta ocurra» (Mitroff y Pearsons, 1997:10).

Este principio es fundamental para el reconocimiento y la memoria de los veteranos de Malvinas. Una política sostenida y planificada en el tiempo permite garantizar que el reconocimiento no dependa de coyunturas políticas o cambios de gobierno, sino que sea una política de Estado.

No solo remite al pasado

El 2 de abril es una fecha de memoria, reflexión y reconocimiento. La causa Malvinas no solo remite al pasado, sino que interpela al presente y al futuro. La sociedad tiene un rol fundamental en la construcción del recuerdo, asegurando que el reconocimiento de los veteranos y la reivindicación de la soberanía sigan siendo ejes de unidad y no de fragmentación.

Mantener viva la memoria sin distorsionarla es el desafío. Malvinas es, y debe seguir siendo, una causa nacional.

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