Luces y sombras del primer año del gobierno de Milei

El gobierno puede computar buenos logros en su gestión, pero también muchos pendientes que lo presionan.

Rodolfo Cavagnaro

Cuando se quiere hacer un balance y nos ponemos a revisar las cosas que escribíamos, no podemos dejar de revisar el escenario que describíamos desde noviembre de 2023. Un gasto público desbordado, con la intención de mantener cierta tranquilidad social que se financiaba con una emisión monetaria criminal, que alimentaba una inflación que contenía congelando variables. Todo estaba para estallar.

Javier Milei llegó al gobierno con la promesa, y la premisa, de eliminar el déficit fiscal, como forma de eliminar la causa principal de la inflación. Mientras se tomaban estas decisiones se comenzaron a descongelar paulatinamente muchas variables, como precios de los combustibles y de los demás servicios públicos. Algunos sobreactuaron su adaptación, como las medicinas prepagas y dejaron una señal: el idílico mensaje de la fuerza de los mercados y se autorregulación no siempre funciona, donde las empresas son pocas, se ponen de acuerdo y ponen de rodillas a los usuarios.

Al disponer las liberaciones muchos tenían dudas acerca de lo que pasaría con el valor del dólar y muchas empresas hicieron costos calculando un precio cercano a los $3000, valor al que nunca se acercó. Así, mientras en noviembre el IPC marcó 12,8%, en diciembre alcanzó 25,5% y en enero llegó a 20,6%. Hasta ahí el primer envión de precios para ver qué pasaba, y realmente no pasó lo que esperaban porque el dólar paralelo nunca superó los $1600 y comenzó lentamente a bajar.

Milei mantuvo firme su objetivo, comenzó a recomponer reservas, el precio del dólar siguió bajando hasta que en junio el mercado apostó a una liberación y subió unos días y ahí el presidente lanzó su mayor apuesta: emisión cero. Y la diferencia entre superávit fiscal y la emisión cero es cualitativamente muy distinta. Es que la emisión cero obliga al gobierno a mantener la base monetaria sin variación y a bajar los gastos con mayor celeridad.

En esta jugada, al presidente le quedaba un punto flojo y es que, al mantener el cepo, los exportadores tiene que venderle sus divisas al Banco Central y éste tiene que emitir moneda para comprar esos dólares. Por eso no paraba el crecimiento de la base monetaria y seguían las presiones inflacionarias. Por eso inventaron un sistema para que el BCRA venda en el mercado del Contado con Liquidación (CCL) esos dólares para absorber los pesos, con una pequeña diferencia a favor.

Un balance favorable

Es evidente que los resultados positivos obtenidos en la lucha contra la inflación han dado resultado y se mantiene una tasa de algo más del 2% empujado por la decisión de mantener una devaluación mensual del 2% del dólar oficial. El presidente prometió que, de mantenerse este nivel de inflación bajarían la pauta de devaluación al 1% para acercase al momento de la liberación del cepo.

Otro dato favorable fue la recomposición de reservas. Cuando Milei asumió el déficit del Banco Centra era muy grande y en un año compró más de us$20.000 millones y, si bien queda un resabio de deuda con los importadores, el proceso se ve bien encaminado. Un dato que a veces pasa por alto es que a lo largo del año el gobierno entregó divisas a los importadores, y pagó vencimientos de deuda sin recurrir a nuevos endeudamientos, salvo algunos que llegaron de organismos financieros internacionales para financiar diversos programas.

También hubo una fuerte reducción del gasto público, que estuvo centrada en cinco rubros básicos: una reducción en términos reales de las jubilaciones y pensiones, una reducción en términos reales de los salarios del sector público, la eliminación de las transferencias discrecionales a las provincias, la eliminación de los gastos publicitarios y la paralización de la obra pública. Por supuesto, también se cerraron organismos y se despidió personal en diversas dependencias nacionales.

Lo cierto es que las cuentas públicas cerraron desde el primer mes, ya que desde enero el ejercicio fiscal contó con superávit primario y con superávit financiero (el que se calcula después del pago de servicios de deuda). Cierra el año con 12 meses consecutivos de superávit financiero y esto le dio colchón para salir a comprarle dólares al Banco Central con los excedentes. En el último tiempo el Tesoro ya le compró al BCRA us$ 6500 millones de dólares, con los que haría frente a vencimientos de deuda de enero y parte de los que vencen en agosto.

Las sombras del primer año

Claramente, una de las deudas computables viene del lado del empleo y de una mejor cobertura del sector social. Si bien el gobierno hizo una gran tarea al sacarle el manejo de los planes de trabajo a las organizaciones sociales para pagarles en forma directa a los beneficiarios, queda un tema pendiente que se prometió en campaña y sobre el cual se no se avanzó y es el seguro de desempleo.

Este seguro estaba incluido en una de las primeras normas y no avanzó, pero no se volvió a insistir en el Congreso y es una falla grave del sistema. En todos los países funciona el sistema y debería estar complementado por los sistemas de desvinculación, para eliminar las in indemnizaciones. Todavía el panorama no es claro y hay una cantidad de normas descolgadas que nadie sabe hasta donde llegan.

Otro de los temas pendientes es la eliminación de los impuestos al trabajo, que son un impedimento para que disminuya el empleo informal. El gobierno está entre la espada y la pared, porque quiere terminar con el trabajo en negro y aumentar la cantidad de trabajadores que aporten, pero, por otra parte, los empresarios no quieren aumentar la cantidad de impuestos que pagan y piden que se eliminen.

A pesar de haber intentado lanzar un blanqueo laboral, este fracasara si no se cambian o eliminan los impuestos. Esta una decisión que el gobierno deberá asumir si quiere tener mayor cantidad de aportantes. Es un problema social grave porque las personas que están esa situación sobre demandan al sistema público de salud y no pueden percibir más que una jubilación mínima.

Obvio que el otro problema es el del desempleo y la pobreza y esto está ligado a la esperada reactivación de la economía. Más allá de algunas estadísticas que anuncian una reactivación, esta se da en sectores que son de capital intensivo y no en los de mano de obra intensiva. Por eso sectores de construcción, industria, comercio, restaurantes y turismo no consiguen ver mejoras. Estos sectores también reclaman bajas de impuestos para poder competir con los productos importados.

A pesar de que muchos sindicatos consiguieron mejoras en los convenios colectivos, los trabajadores se encuentran que los servicios aumentaron 400% mientras la inflación fue del 170%. Los salarios aumentaron algo más que la inflación, pero el poder adquisitivo quedó absorbido por el costo de los servicios.

Uno de los temas pendientes y que es muy sensible tiene que ver con los ingresos de los jubilados y pensionados, pero este es un tema delicado. Los jubilados viene postergados hace mucho tiempo. Se ensayaron varias fórmulas que se fueron cambiando según la conveniencia de quién llegaba. Hoy no se puede solucionar de golpe, pero hay que tomar decisiones serias pensando en el futuro. Muchos trabajadores siguen en la informalidad y están condenados a la miseria.

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