Liquidez... la razón y la realidad

La liquidez de las cosas, la ausencia de solidez en las instituciones y Zygmunt Bauman como profeta de este Apocalipsis. El análisis de Mauricio Castillo.

Mauricio Castillo

Descubriendo, aprendiendo y aprehendiendo desde un concepto del sociólogo Zygmunt Bauman, la "modernidad líquida", época que caracteriza la fluidez e inestabilidad de las estructuras sociales, políticas, económica y culturales. Modernidad donde todo es transitorio, las relaciones interpersonales hasta las instituciones, no solo en la Argentina sino también en el resto del planeta.

En lo social las identidades se fragmentan, una conversión de la vida en un cumulo de experiencias momentáneas, con certezas desvanecidas. Una búsqueda de adaptación a esta volatilidad, con sensaciones de incertidumbres, ausencias de arraigo y temores a lo por venir, parecen constantes en esta cuestión de la humanidad.

Ante este aprendizaje, yo diría brutal aprendizaje, me surgen diferentes interrogantes: ¿influye esta modernidad liquida de Bauman en las expectativas de los jóvenes en relación a la estabilidad laboral y personal?

Respuesta compleja me lleva a una aproximación, partiendo de analizar conductas con lo menos juicios posibles ante los resultados que identifica la realidad o un presente que se asemeja a un pasado muy reciente; me quedo con la respuesta simple y contundente, SI, nada es estable, ni las relaciones de parejas, ni las laborales, y mucho menos las culturales, sufren cambios, transformaciones en forma constantes y a la vez con una inconsistencia digno de categorizar como una liquidez laboral y personal.

¿En Argentina, se refleja esta fluidez y falta de permanencia o certidumbre? Cada cual puede tener una apreciación distinta en cuanto a los diferentes aspectos de la vida social y cultural, pero sin lugar a dudas coincidirán con mi propia percepción que la respuesta es también afirmativa, representada mas en lo laboral, donde la generación actual tiene predilección en no atarse a la permanencia en un solo trabajo en relación de dependencia, aquellos que eligen asumir su rol de empleado, como el de también la creciente ola de startups, en cuanto al rol de emprendedores. Ni hablar en cuanto a las relaciones interpersonales, y culturales que, para ser sincero me resulta un poco dificultoso identificar un ejemplo.

Continuo con el siguiente interrogante un tanto predictivo: ¿Anclarse o adaptarse en medio de la inestabilidad social es posible? Comparativamente con otras culturas, desarrollos sociales, cualidades institucionales, puede que ya estén en ese cambio de paradigma, o época, y ya con una termino cuestionado como es la posmodernidad, digo cuestionado por que al post, es posterior pero no define ni establece un concepto cierto y preciso que sea como fue la "modernidad", tal cual lo propone en sus concepciones Bauman; buscando y encontrando un término acorde y que nos permita anclarnos o adaptarnos a esta transformación como humanidad.

¿Qué papel o rol juega la tecnología en acelerar esta "liquidez" de la modernidad? Disculpen mi subjetividad, pero considero así de contundente: El papel de la tecnología es crucial y fundamental, ya que es una nueva creación, una innovación que será del resultado de esta liquidez moderna, que concluirá con los cambios y permanentes transformaciones como una normalidad, aceptada y adecuada a los requerimientos, sociales, políticos y culturales de las actuales y venideras generaciones.

Sera entonces, un nuevo tipo de sociedad liquida a nivel global, así de forma general, o será un impacto tal que nos haga ver un nuevo paradigma de la era con un término que defina y precise a una humanidad, o des humanidad.

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