Minería: por un par de votos, los libertarios se vuelven ciegos (y no la ven)

Una de las cosas de las que se jacta el libertario, o partidario de la administración actual, es que "la ven". Sin embargo, hipotecaron uno de los pilares que necesitan para que su gestión tenga logros reales y no todo sea licuadora y motosierra.

Para nadie es un misterio que la Argentina tiene dos problemas muy graves a la hora de atraer inversiones. La desconfianza que existe y, además, una falta de competitividad evidente frente a otras economías. En ese camino el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) parecía ser un buen paso para competir, pero ese paso adelante se borró de golpe cuando -por los votos para lograr el dictamen de la Ley Bases y el paquete fiscal- se aumentaron las regalías mineras de un 3% a un 5% en el proyecto del Ejecutivo, una señal muy negativa.

No faltarán los que dirán que sólo es un 2% y que, seguramente, tienen los mismos pensamientos de legisladores nacionales (personas que ganan millones para saber qué es lo que hacen) que pedían regalías de 15% o 20%, un completo disparate que terminaría por sepultar -por ejemplo- todos los proyectos de la Mesa del Cobre.

Los números en la minería son tan finos, que cualquier cambio obliga a recalcular todo, algo que ahora deben estar haciendo en los proyectos sanjuaninos, los cuales veían una luz en el RIGI y ahora vuelven a moverse en la incertidumbre. Las cifras de la minería son tan altas, con proyectos que fácilmente necesitan de US$4.000 millones para arrancar, que necesitan de estabilidad para que los inversionistas decidan poner esa cantidad de dinero en la Argentina. A eso, sumale que recuperar esa inversión y comenzar a ganar puede tomar mucho tiempo.

Duro comunicado de las empresas mineras contra el aumento de regalías

El RIGI parecía abrir una puerta (y los libertarios daban señales de que la estaban viendo), porque equiparaba en parte las condiciones para competir con otros destinos de inversiones mineras tan fuertes como Chile o Perú (países realmente mineros y con economías estables). Sin embargo, aparecer de pronto con un aumento de regalías es el mejor ejemplo de esa "argentinidad" que espanta las grandes inversiones, porque a la primera de cambio se corta el hilo por lo más delgado en busca de una solución de momento y sin medir las consecuencias. Lo pateamos para adelante y luego lo solucionamos.

Claramente la semana del Gobierno fue agitada y no estaban preparados para otro golpe en el Senado, por lo que comenzaron a ceder a pedidos como el de las regalías, que venía desde el Sur. Igualmente, pudo ser peor, porque los legisladores de esa zona pedían cuestiones descabelladas y que demuestran un desconocimiento absoluto del negocio minero. Uno más acorde con los mitos que circulan que con la información real.

Más allá de las explicaciones y lo que pueda decir el texto definitivo, el sólo hecho de actuar de esta manera genera desconfianza, porque no sabes qué puede suceder en el futuro y decidir traer US$4.000 millones a la Argentina. Y el que tenga dudas que le pregunte a los brasileños de Vale, que prefirieron irse, abandonar activos por más de US$1.500 millones y dejarle US$30 millones al Estado mendocino, antes de perder más y hacer cada día más caro su proyecto en Malargüe.

Lo peor de todo es que, los que nos dicen que "la ven", están fallando gravemente, porque acá no le hacen un mal a las empresas, sino a los argentinos. Si hay algo que tienen las compañías mineras es paciencia. Se trata de años de exploraciones y evaluaciones, de éxitos y fracasos, de esperar el momento adecuado. Acá el mal es para los argentinos y, especialmente, para todas las provincias que esperan un pronto desarrollo de sus proyectos mineros, particularmente de cobre. Las minas que están a la espera de las inversiones son trabajos e impulso económico.

Una paloma en la Casa Rosada

El mejor ejemplo de eso fue la firma y el pedido de la Mesa Interprovincial del Cobre, donde los gobernadores aseguran que la política hizo su parte y que ahora esperaban las inversiones. "El momento es ahora", destacaron en su declaración, pero no esperaban el golpe que llegó desde la Nación y que ya generó la reacción de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), organismo que reúne a las empresas que impulsan los proyectos más importantes del país.

En esta no la ven y lo peor es que la minería es un pilar fundamental para el desarrollo y el futuro de la Argentina, porque hoy más que nunca se abre la oportunidad de la mano de un cambio que necesita el mundo y que puede beneficiar al país en un momento crítico.


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