La unicameralidad es peor que lo que tenemos

En primer lugar, amo a la Constitución de Mendoza y a los constituyentes, hicieron en su momento una Constitución que resistió las ansias de reelección y los intentos de populismo. Nada en ella impide hacer un buen gobierno, se ha ido actualizando mediante reformas parciales.

El proyecto tiene la excusa de achicar el gasto político, digo excusa porque el gasto del legislativo es muy poco y el mal gasto no está en sueldos de legisladores, si no en innumerables ñoquis, novias/os, asesores que no asesoran, etc. Ninguno de ellos dejará de parasitar con esta reforma.

Perderemos la Cámara revisora para siempre, lo cual no creo que sea sano, mas allá de lo impresentable de los legisladores actuales, salvo excepciones, la idea de que lo que aprueba una Cámara tiene que ser refrendado es un límite a los delirios que a veces se aprueban. Da tiempo para que la ciudadanía se entere, proteste o apoye y la Cámara revisora actúe en consecuencia. Sin esto, perdemos control sobre la Legislatura.

Gatopardismo como garantía del status quo

Pero lo peor, es que según tengo entendido, se eliminan las elecciones de medio término y la renovación de la legislatura por mitades. Por lo cual se elegirán legisladores en listas sábanas en boletas pegadas a las de los candidatos a gobernador. Esto es mayoría automática para todo gobernador futuro, sin que se pueda a mitad de mandato refrendar o castigar en una elección. Es transformar la legislatura en una escribanía constitucional. Para esto nombremos a un solo legislador, no hace falta una Cámara, ni comisiones, ni debates.

Esto, tener mayoría automática desde el día de la asunción, hasta el fin del mandato, es el sueño húmedo de todo político, abre las puertas al autoritarismo y al populismo. La excusa de bajar el gasto político es un caballo de Troya. 

¿Quieren bajar el gasto? Modifiquen el Estatuto del Empleado Público, el Estatuto del Docente, que solo sirven para confirmar privilegios, no nos impidan controlar al Ejecutivo. Cierto es que las últimas legislaturas no estuvieron a la altura, pero no es por acá la solución. 

Suarez, enojado: "El peronismo se aferra a su ideología nacional y no le interesa Mendoza"

Eliminemos las listas sábanas, usemos una boleta única, separemos las elecciones provinciales siempre, de las nacionales, quitemos el monopolio de la representatividad a los partidos políticos ¿Por qué un vecino reconocido tiene que afiliarse a un partido para ser candidato a concejal? Hay muchas formas de devolverle el prestigio a la legislatura que le quitaron las/los novias/os o punteros/as de los intendentes.Dejarla como adorno no es la forma. La conocida civilidad de Mendoza, está amenazada.

Agrego, en la crisis del 2001 se redujo en Mendoza el número de concejales en los departamentos, no solo no bajó el gasto político, sino que desapareció la representatividad de los partidos pequeños y los intendentes se transformaron casi en señores feudales.