La Pampa y el "cuento de la buena pipa"
El concejal de San Rafael Adrián Reche reflexiona sobre las constantes embestidas de La Pampa contra Mendoza.
Otro reclamo que nos tiene que poner en alerta y darle atención. Una historia sin fin que sólo podría terminar cuando el que la cuenta, decida que así ocurra y que, sin embargo, se cae por el propio peso de su mentira.
Los planes de La Pampa vecina no resisten mayor análisis cuando se conoce la realidad, pero a través del prisma de medios nacionales que desconocen que hay vida más allá de la General Paz, les permiten contar el cuento donde logran ocupar el lugar de la pobre Caperucita, mientras que Mendoza no es otra que el Lobo Feroz.
Pues bien, vamos por partes y que la lógica se encargue del resto.
Después de atravesar una década ininterrumpida de sequía y de un conflicto absolutamente politizado, La Pampa vuelve con otra preocupante embestida contra Mendoza y en particular contra el Sur, esgrimiendo que nuestra provincia sigue usurpando el río con acciones como el incremento de la cantidad de reservorios con aguas del Atuel. ¿Es necesario contestar esto? Si el agua sobrara, ¿cuál sería la necesidad de crear nuevos espacios de almacenamiento? Viven en un foco.
Pero así es la lógica pampeana y jamás contemplaron seriamente la posibilidad de alcanzar el acuerdo sancionado por la Suprema Corte en 2020, que claramente especificaba que para recibir los 3,2 m³ por segundo, ambas provincias debían ponerse de acuerdo y efectuar las obras necesarias.
Siguen mostrando fotos de cauces secos pero no muestran que desde 1947 a la fecha, La Pampa no invirtió un solo centavo en la impermeabilización de cauces u otro tipo de obras que les permitieran evitar la pérdida por infiltración.
Seguir hablando de los antiguos "humedales pampeanos" tiene tan poco raciocinio como pensar que el finquero mendocino aún pueda regar "a manto" como hacían los abuelos. La realidad cambió aunque pretendan manipularla para beneficio político
Mendoza viene de manera constante haciendo grandes inversiones para cuidar el agua pensando en las generaciones futuras, generando paliativos para el preocupante y devastador cambio climático que no tiene límites. La Pampa, únicamente invierte en slogan de campaña para mantener una bandera que gane elecciones pero que no genera soluciones.
Frente a este nuevo embate debemos estar alertas e informar a la opinión pública sobre estos planteos que luego son resueltos a miles de kilómetros desconociendo cómo se vive en un desierto. La importancia del río Atuel y los continuos esfuerzos realizados por Mendoza para gestionar el recurso de manera sostenible debe movilizarnos como pueblo que defiende el principal sostén de vida y desarrollo de la región.
El río Atuel jamás se "robó", el cambio climático se lo llevó puesto. Estará en nuestras manos y en la unidad real en su defensa para que continúe siendo la arteria que posibilitó que gran parte del territorio siga existiendo como tal, o terminemos de desangrarlo para que los vecinos de otras provincias estén contentos.
Estimado gobierno de La Pampa, la realidad no se modifica con cantitos partidarios. Se hace con acciones, y ustedes, hace muchos años, dejaron en claro que no les interesa.