La mejor fórmula para los jubilados es controlar la inflación y la "viveza criolla"
Por más cálculos que se hacen los jubilados nunca ganan y siempre están con el alma en un hilo pensando cómo van a sobrevivir en medio de la inflación galopante. El problema siempre es el mismo, para este y otros problemas.
No duró nada el discurso. La fórmula de movilidad jubilatoria que aprobó el oficialismo en diciembre ya está floja de papeles porque arrancará con un aumento bajo la inflación acumulada. Aunque el Ejecutivo quiere adornar la historia con dos bonos y un supuesto 16% de aumento, lo cierto es que el problema de fondo, una vez más, es el mismo que ataca a todos los argentinos. La inflación.
Dejando de lado que el adorno que se hace a la cifra no es tal, porque los bonos son extraordinarios y no se suman a la base de cálculo (o sea, el aumento de junio va a ser sobre $20.571 y no sobre $22.071), a lo único que están apostando en Casa Rosada es a la posibilidad de controlar la inflación en el segundo trimestre.
Cuando digo controlar la inflación es en sentido figurado, porque es algo que sigue estando descontrolado por más que en el Gobierno celebren el IPC del último año que estuvo mal, pero tan mal como el que tuvimos en 2019. El muerto se ríe del degollado.
Incluso, la meta que se fijó Martín Guzmán del 29% sigue siendo impresentable e inaceptable para una persona que vive con haberes mínimos. Mientras la variación de precios siga en esos niveles, no habrá fórmula jubilatoria que resista y que le permita a una persona que ya no está en actividad poder proyectar en paz la última etapa de su vida.
Los pensionados no podrán vivir tranquilos mientras se levanten pensando cuánto aumentaron las cosas que tienen que conseguir en el kiosco o los medicamentos en la farmacia. Hoy los precios se ajustan en un abrir y cerrar de ojos y no dan respiro.
Claramente en este proceso hay una mala gestión macroeconómica y también un factor de la "viveza criolla" de los que remarcan precios por si acaso -en todos los niveles- o porque subió el dólar, pero que después nunca los bajan si el dólar descendió. La misma "viveza criolla" que se mostró en su máxima expresión con los vacunados VIP y la desfachatez con la que clase política trata de justificar lo injustificable. Y no se sonrojan ni se ponen nerviosos.
La mejor fórmula que se le puede ofrecer a un jubilado es un trabajo serio, pero serio de verdad, para terminar con los vicios macroeconómicos que llevan al IPC descontrolado y la especulación que se repite a todo nivel.
Además, es fundamental el respeto y la verdad, porque son jubilados, no bobos. Entienden que un bono de $1.500 no es más que un adorno para que parezca que están en mejores condiciones que antes. No digo que con el antiguo gobierno estaban mejor, porque con ninguno la pasan bien y siempre son la variable de ajuste, pero es necesario dejar de usarlos como variable política.
Es el momento de dejar de hacer política barata con los jubilados. Los que prometieron que la plata de las Leliq (cuyo stock es altísimo) iba a ir a la jubilaciones y también los que le prometieron el 82% móvil. Todos tienen que dejarlos en paz, respetarlos y cuidarlos de verdad, los unos y los otros.