La importancia de la gobernabilidad para poder gobernar

"No alcanza con ser la persona institucionalmente elegida para estar al frente del gobierno, es necesario también tener la cualidad de poder llevar adelante ese gobierno", analiza Pablo Gómez en esta nota..

Pablo Gómez

Ser el responsable del gobierno de un país y poseer la gobernabilidad del mismo, no son la misma cosa. Y aunque para cualquier persona "de a pie" parece ser natural que quien gobierna posee gobernabilidad, motivo por el cual en líneas generales no se tiene en cuenta al segundo concepto, lo cierto es que para una persona a cargo de la presidencia sí es la gobernabilidad algo que debe tener en cuenta... o muy probablemente fracase en su intento de gobernar. 

Hasta el diccionario de la lengua española nos avisa que la gobernabilidad es la cualidad de poder gobernar. Esto es: no alcanza con ser la persona institucionalmente elegida para estar al frente del gobierno, es necesario también tener la cualidad de poder llevar adelante ese gobierno. Ya hemos sobrevivido en el pasado no tan lejano de nuestro país a aquella famosa semana en la que tuvimos cinco presidentes; los cinco fueron institucionalmente habilitados para gobernar, pero solamente el quinto tuvo gobernabilidad: los otros cuatro debieron renunciar por no poseer las herramientas necesarias (por motivos complejos de enumerar en este escrito) para llevar adelante el gobierno de Argentina.

La gobernabilidad puede darse por varias razones aunque la más lógica, al menos en mi opinión, sería que un gobierno está compuesto por un conjunto de personas que piensan de forma similar, por ser todas del mismo espacio político; de este modo, por ejemplo, los integrantes del Poder Ejecutivo Nacional (Presidente y Vice) y los principales gobernadores de ese color político, al no tener diferencias de fondo por ser parte de la misma agrupación, fácilmente garantizarán la gobernabilidad al Presidente de la Nación ya que no habrá contradicciones internas entre ellos que hagan crujir al partido de gobierno. Si esto no ocurriera, si el Presidente no tuviera el acompañamiento de quienes gobiernan a otros poderes (como por ejemplo a su Vice que preside el Legislativo) o del Gobernador de la provincia más poblada del país, se podría decir que ese Presidente puede llegar a tener problemas de gobernabilidad, aunque detente el poder del Gobierno.

La capacidad de tener gobernabilidad hace que la ciudadanía crea en su Presidente, y la falta de gobernabilidad, genera descrédito. Un Primer Mandatario que no pueda remover por ejemplo a funcionarios de segunda línea porque el entorno se lo prohíbe, o que debe cambiar a ministros/as aunque no quiera, es una persona que difícilmente resulte creíble para el resto de la ciudadanía y de los gobernantes de otros signos políticos. ¿Con qué autoridad va a ordenar que se realice tal o cual medida en una provincia que no gobierna su partido, si no tiene la capacidad real de realizar acciones en caso de que él considere que se lo está desobedeciendo?

Pero más allá de lo estrictamente político, la falta de gobernabilidad podría afectar también a distintos niveles del país, como por ejemplo a la economía y la producción: en un país que no está siendo gobernable, los inversores externos no ingresan, los que están ya invirtiendo tratan de retirarse intentando perder la menor cantidad de dinero posible, y los especuladores de siempre hacen tambalear las bolsas de valores y elevar el precio de las monedas extranjeras, que en realidad no es que esas monedas suban, sino que el valor real del peso argentino se desploma. Y si el peso argentino se desploma, las clases más pudientes no pueden irse de vacaciones al extranjero, las clases medias se atrasan en sus cuotas, y quienes integran los sectores más desprotegidos de la sociedad simplemente mueren de hambre o de enfermedades curables, que se vuelven terminales en aquellas personas que no poseen el poder adquisitivo para comprar los medicamentos que sea que necesiten.

La gobernabilidad es fundamental, creo yo al menos, para que un país funcione con equidad y libertad. Quien crea que es solo un problema del Presidente, simplemente está viendo el titular principal en la tapa del diario, y se está olvidando de leer la letra chica de un contrato que nos incluye a todas las personas que habitamos en Argentina. Nuevamente, la responsabilidad de supervivencia como sociedad recae en toda la ciudadanía. Ojalá estemos a la altura del desafío.


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