La eterna disputa del Cáucaso y su desproporcionado alcance
Aunque casi desconocido en nuestra tierra, el enfrentamiento militar entre Armenia y Azerbaiyán podría escalar a niveles inimaginados y derivar en un conflicto entre potencias.
El Alto Karabaj es un territorio del Cáucaso históricamente habitado y actualmente administrado por armenios, aunque la comunidad internacional lo reconoce como parte Azerbaiyán. En ese territorio, de superficie similar a la de Luján de Cuyo, un intrincado conflicto étnico se ha configurado de tal manera que podría terminar en una catástrofe internacional.
Al debilitamiento y caída de la Unión Soviética le sucedió un periodo de gran hostilidad entre varios de los Estados nacientes. El fin del marxismo suponía un desplazamiento de la centralidad de las relaciones de clase en favor de la identidad nacional. En Armenia y Azerbaiyán, los sentimientos nacionalistas desembocaron en una serie de combates por la región de Karabaj. La guerra comenzó en 1988 y se prolongó hasta 1994, y causó la muerte de más de 30.000 personas. Con la victoria armenia se estableció la República del Alto Karabaj, un ente administrado por armenios étnicos.
Sin embargo, la firma del acuerdo del cese al fuego en 1994 no solucionó la disputa ni acabó con los sangrientos enfrentamientos. Karabaj sigue siendo reconocido internacionalmente como azerí, y más de 3.500 soldados y civiles murieron desde que terminó de la guerra. De hecho, la tensión ha venido aumentando estas últimas semanas, con decenas de soldados y civiles muertos. Y la posibilidad de que se desencadene una guerra no debería preocupar únicamente a los armenios o a los azeríes.
Lo que sucede en el Cáucaso no solo llama la atención de los internacionalistas por las graves denuncias de violaciones del derecho humanitario, ni por la tensión que emerge entre los principios de integridad territorial y autodeterminación de los pueblos. La realidad es que Karabaj está cada vez más presente en la agenda internacional debido al involucramiento de Rusia (apoyando a Armenia) y Turquía (a Azerbaiyán).
El complejo sistema de alianzas internacionales
Las relaciones de Turquía con Azerbaiyán son generalmente descriptas como una nación con dos estados. Tanto es así que desde 1993 Turquía mantiene cerrada su frontera con Armenia, y solo levantará el bloqueo si Karabaj es devuelto a los azeríes. También firmó un tratado de defensa mutua con Azerbaiyán, por lo que, de producirse un ataque, estaría obligada a responder por su contraparte.
Al mismo tiempo, Armenia es una aliada histórica de Rusia. Además de ser miembro de la Unión Económica Euroasiática que lidera Moscú, pertenece a su acuerdo de defensa mutua. De hecho, Rusia tiene dos bases militares en Armenia y protege su frontera con Turquía (que a su vez es miembro de la OTAN).
Tanto el apoyo ruso como el turco harían que una eventual guerra entre Armenia y Azerbaiyán no se redujera a un suceso bilateral, sino a un posible enfrentamiento entre potencias. Esto es especialmente preocupante en el contexto actual, en el que el período de relativa calma entre Moscú y Ankara se ve cada vez más amenazado, y la posibilidad de una guerra por terceros todavía más cercana. Su suerte de entendimiento vigente podría romperse por presiones domésticas, y la escalada del conflicto armenio-azerí solo agrava las cosas.
Tanto Putin como Erdogan tienen incentivos para involucrarse en contiendas armadas en el exterior debido a la situación política y económica de sus países. La aprobación de Putin es la más baja desde que asumió, y no sería la primera vez que el mandatario ruso recurre a la provocación de conflictos armados para mantener su hegemonía. Mientras tanto, la coalición que mantiene en el poder a Erdogan se nutre de numerosos islamistas y ultranacionalistas muy interesados en repensar el relacionamiento Turquía con su entorno. Erdogan también se ha involucrado en disputas con otros países para fortalecer su liderazgo, siendo las naciones de mayoría cristiana como Chipre, Grecia o Armenia, sus principales blancos.
Sabemos entonces que la situación doméstica de las potencias regionales y el sistema de alianzas podrían transformar una eventual guerra entre Armenia y Azerbaiyán en un conflicto de grandes dimensiones. Sin embargo, hasta ahora no habíamos visto que Turquía ni Rusia reaccionaran. ¿Qué vendría a cambiar ese status quo?
La diferencia radica en que hasta hace un mes el combate se circunscribía a Karabaj, pero los enfrentamientos de las últimas semanas se vienen dando en la frontera entre Azerbaiyán y Armenia. Esto quiere decir que el conflicto ya no ocurre solo dentro del territorio en disputa, sino a lo largo de una frontera definida y reconocida por ambas partes. Por lo tanto, cualquier ataque que se dé fuera de Karabaj debería ser interpretado como un ataque al Estado Armenio, por lo que Rusia debería actuar. Del mismo modo, cualquier incursión armenia dentro de territorio azerí provocaría una reacción de Turquía. De hecho, tanto Turquía como Rusia han respondido a los enfrentamientos de estas últimas semanas con el inicio de ejercicios militares conjuntos en Azerbaiyán y Armenia.
La superficie combinada de estos países del Cáucaso no supera la de nuestra provincia. Parece imposible, pero sabiendo que bastó el asesinato de dos personas para desatar la Primera Guerra Mundial, lo que sucede en Karabaj dista de ser un conflicto más.
Artículos consultados
"Armenia and Azerbaijan: Preventing War". International Crisis Group. 11 de febrero de 2011.
"Azerbaijan's Defense Ministry Announces Joint Drills With Turkey". UrduPoint News. 27 de julio de 2020.
"Deadly Clashes Along Azerbaijan-Armenia Border Enter Second Day Amid Calls For Restraint". Radio Free Europe. 13 de julio de 2020.
"Los rusos están enojados, pero los enemigos de Putin no logran canalizar el descontento". Clarín. 5 de junio de 2020.
"OPINIÓN: Armenia-Azerbaiyán: El conflicto olvidado por la pandemia". Los Angeles Times. 21 de julio de 2020.
"Russia holds military exercises in southwest amid flare-up between Azerbaijan and Armenia". Reuters. 18 de julio de 2020.
EL AUTOR. Juan Francisco Minetto. Licenciado en Estudios Internacionales (Universidad de Leiden, Países Bajos). Egresado del United World College Dilijan (Armenia).