Frente a las efímeras provocaciones de Milei, un estadista llamado Raúl Alfonsín
El concejal de Guaymallén Jonathan Mazuela contrasta la figura de Raúl Alfonsín con la de Javier Milei, sin dejar de reconocer buenas y malas para ambos.
Raúl Alfonsín, considerado "El estadista", al contrario del político pasajero, trasciende en el tiempo.
Raúl Alfonsín, conocido como el "Padre de la Democracia", no es una figura que haya quedado en un pedestal por accidente, ni mucho menos por méritos efímeros. Fue un hombre de consensos, de diálogo y de valores democráticos firmes, virtudes que, lamentablemente, hoy parecen ser blanco de ataques vacíos de contenido, como los que ha emitido el actual presidente libertario, Javier Milei.
Es necesario reconocer que Milei, a su manera, ha removido temas tabú y enfrentado problemas enquistados. Pero una crítica hacia él y sus modos no se trata de descalificarlo, sino de señalar cómo sus discursos parecen solo ecos de la frustración colectiva, sin la profundidad ni la intención de construir en el largo plazo. Por el contrario, Alfonsín, en su época, buscó verdaderas soluciones, aunque estas implicaran sacrificios personales.
Medir a Alfonsín con los criterios actuales o tratar de aplicarle las lentes del presente resulta simplista. Sí, cometió errores, pero fue capaz de anteponer el bien común y consolidar un sistema democrático que hoy permite que figuras como Milei accedan a espacios de poder. Alfonsín nunca quiso adueñarse del poder ni eternizarse en él. Comprendió que el verdadero legado es aquel que deja instituciones fortalecidas y un país donde las diferencias pueden coexistir.
La democracia de hoy, con sus altibajos, es un testimonio de la labor de Alfonsín. Ciertamente, quienes intentan desacreditar su legado desde un enfoque destructivo y personalista pueden hacer ruido momentáneamente, pero, como bien demuestra la historia, los estadistas perduran. Milei podrá, o no, transformarse en un actor relevante en la política argentina. Sin embargo, mientras tanto, el legado de Raúl Alfonsín continúa vigente, recordándonos que la grandeza reside en quienes, aún en tiempos de incertidumbre, apuestan por la unión y el fortalecimiento de la democracia.