"Iván, ya vuelvo" o quién apagará las velas el próximo domingo 23-A
El abogado Carlos Varela Álvarez y numerosas preguntas que hay que hacerse en torno a la desaparición en plena democracia de Facundo Astudillo Castro. El caso de Iván Eladio Torres en Chubut y todos los otros: la gente no "desaparece" por sí sola. Invitación a compartir el rostro de Astudillo.
En una de las audiencias de la CIDH en Washington DC, que pude participar, tuve la ocasión de escuchar de las abogadas de Iván Eladio Torres, detenido-desaparecido por la policía de Chubut en octubre del 2003 que mientras se realizaban sus búsquedas en la que participaba su madre María Millicura, ésta al salir de su casa colgaba un letrerito en la puerta que decía "Iván, ya vuelvo".
Argentina fue condenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su momento e Iván jamás regresó hasta la fecha. La democracia lamentablemente ha repetido los peores crímenes de la dictadura, con un atenuante, ningún Gobernador o Ministro ha sido condenado por delitos de lesa humanidad. Ejemplo de ello ha sido Mendoza, donde nadie de ese calibre fue destituido o condenado por las desapariciones de Raúl Baigorria y Adolfo Garrido o de la Paulo Cristian Guardati, la ejecución extrajudicial de Roberto Castañeda o las torturas en perjuicio de Mario Gómez Yardez todos casos que conocieron los tribunales internacionales y donde Argentina fue declarada responsable. Sólo un juez provincial fue removido de su cargo por la exclusiva acción de los peticionarios. La democracia tiene deudas impagas y la justicia conductas seriales.
El próximo 23 de agosto Facundo Astudillo Castro, de la Provincia de Buenos Aires, cumplirá años. A más de 100 días de su desaparición (no sabemos si por acción de la policía bonaerense-la principal sospechosa según la familia- o por la de un particular o la casi imposible causada por él mismo) los medios de comunicación han informado que un cuerpo esqueletizado ha sido hallado semienterrado en un cangrejal, una zona imposible para caminantes y que las pericias determinarán su identidad.
¿Cuánto le importa esto a usted y a la sociedad? ¿Qué se puede hacer? Algunas acciones en favor de la justicia en tiempos de pandemia pueden demostrar el valor de la justicia y la verdad: ¿Querrá el presidente Alberto Fernández colgar alguna gigantografía de Facundo en la Casa Rosada? ¿Pedirá la vicepresidenta Cristina Fernández interrogar al poder en las próximas sesiones con una foto de Facundo en su mano? ¿Habrá una Acordada de la Corte Suprema de Justicia de la Nación recordando los tratados internacionales en materia de acceso a la justicia para las víctimas de delitos? ¿Izará la bandera invertida el gobernador de Buenos Aires y el intendente de Bahía Blanca en solidaridad con una investigación imparcial e independiente? ¿Iluminará el Obelisco el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como señal que el único faro es la verdad?
En Mendoza desde donde escribo, ¿el gobernador Rodolfo Suárez expresará su interés por su conciudadano Facundo? ¿Mostrarán los medios de comunicación y sus periodistas alguna posición unívoca como cuando pedían "No se olviden de José Luis Cabezas"? ¿Habrá algún sermón dominical que recuerde el derecho a la vida? ¿Harán los sindicatos alguna medida especial en recuerdo de Facundo y la lucha de su madre trabajadora? ¿Las que conforman los grupos de "Ni una menos" podrán gritar al viento fuerte y claro "Ni uno menos"? ¿Los grupos de derechos humanos serán avestruces en tiempos oficialistas o recuperarán su voz indispensable? ¿Los que se llaman Pro Vida, sostendrán que no hay excusas para estas ausencias? ¿Las universidades y colegios de abogados ratificarán las líneas éticas y profesionales de jueces y fiscales que debe haber en todo proceso? ¿Los empresarios y afines se expresarán públicamente en favor de la democracia y la justicia? No lo sé. Pero quizás usted sí puede hacer algo simple y contagioso: el próximo domingo 23-A, lo invito a que coloque como foto de su perfil en las redes que use la foto de Facundo Astudillo Castro y agregue el texto que quiera.
Como nos enseñan las historias trágicas, no hay que permitir el olvido y como consecuencia de ello es imperioso recordar y preguntar: ¿Qué pasó? ¿Quién lo vió? ¿Quién se lo llevó?
¿Si ese es su cuerpo, cómo llegó ahí? Sino lo es, entonces ¿dónde está? No puede tener naftalina aquel grito desgarrador de ¡vivo se lo llevaron, vivo lo queremos! Lo hacen, por ejemplo, desde hace años a cara hinchada los padres, hermanos y amigos de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en México como miles de otros padres y madres que preguntan y preguntan sin respuesta.
Se calcula que hoy en América Latina hay decenas miles de persona en la condición de Facundo e Iván. Naciones Unidas ha establecido el 30 de agosto como día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Tenemos entonces dos días importantes; el cumpleaños en ausencia de Facundo y un día para aquellos que fueron secuestrados y detenidos por fuerzas estatales. Somos el país de las crisis permanentes y de las conductas repetidas, pero también el que se detiene de vez en cuando y se mira de frente y se pregunta ¿adónde vamos?.
Es hoy el tiempo de saber si las tragedias como las de Facundo e Iván son sólo personales o si por el contrario merecen toda nuestra atención social, mediática, judicial y política.
El 23 de agosto cuando descubramos el amanecer sabremos si Facundo ya no podrá apagar las velas encendidas para él o si el 30 de agosto inscribiremos otro nombre más en la ignominia de las desapariciones dentro de la única forma de vida aceptable que es la democracia a pesar de sus virus. No hay mejores palabras para Facundo que se me ocurran que aquellas de John Donne dijera en poesía lo siguiente.
"Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la masa. Si el mar se lleva un terrón, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa señorial de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca hagas preguntas por quién doblan las campanas: doblan por ti".
Carlos Varela Alvarez Abogado. SCJ Mza 3486 CSJN t 75.f.0040
PS: ¿ARGENTINA, QUÉ PASO CON FACUNDO ASTUDILLO CASTRO?