Un Ítem Aula para la UNCUYO, o algo así: no se puede seguir igual

Hace unos días, un padre de alumnos de los colegios secundarios de la Universidad, Jorge Fuentes, sacó una cuenta: en seis años a sus hijos le robaron 188 días de clases.

Memo

Nada puede seguir igual en la UNCUYO. Allí, en sus colegios secundarios, otrora dueños de un altísimo prestigio, han caído en las redes sindicales que están convencidas de que deben mostrarse duros y paralizantes, antes que comprometidos con la educación. Les pasa lo mismo que al resto de la política: se miran el ombligo. Aunque la critican, como si lo que ellos hacen no fuera política.

Hace unos días, un padre de alumnos de los colegios secundarios de la Universidad sacó una cuenta: en seis años a sus hijos le robaron 188 días de clases.

Si bien durante la campaña por la sucesión de Daniel Pizzi en el rectorado su candidata a sucesora, Esther Sánchez, evitó referirse al tema con claridad y contundencia, tal vez por miedo a perder el voto de los docentes, el asunto de la enorme diferencia entre Universidad madre en Mendoza y Educación provincial es monstruosa. La UNCUYO no formula ningún descuento por día no trabajado, un costo que, en todo caso, debería asumir el sector gremial y no el Estado. En definitiva: la UNCUYO, con su desidia al respecto, les paga a los docentes por hacer paro, algo inusitado.

Pero es peor: no resuelve el problema. Del lado de los gremialistas, por otro lado, la vocación de daño es inédita, ya que aun sabiendo que hay fechas para el pago de sus reclamos, paralizan las actividades igual. De un lado, la Universidad, torpeza y desidia. Del otro, el sindical, desconsideración y ausencia de compromiso con su tarea.

El mensaje de aquel padre vale para comprender lo que sucede y lo que debe ser revertido: "Con la última jornada de paro suman 188 días que éste método de protesta anacrónico y del siglo pasado robó a la educación de mis hijos en éstos últimos seis años. Son 188 días en dónde el derecho constitucional de la educación ha sido vulnerado en perjuicio de más 6000 niños de los colegios preuniversitarios; 188 días en dónde la UNCUYO no cumplió con la ley al no poder garantizarlo. Es mentira que los tiempos se recuperan. 

Hoy las nuevas autoridades tienen la oportunidad histórica de remediar tanto daño, no suprimiendo derechos ni conquistas docentes sino trabajando para cumplir la ley y defender al niño, único damnificado ya que los derechos de los trabajadores de la educación siempre fueron defendidos. Justicia es lo único que esperamos de Esther Sánchez rectora electa de la UNCUYO, no naturalicemos el atropello a la educación, sean usted y su equipo los artífices de los cambios que garanticen la educación gratuita y de calidad que se nos prometió ya que con 188 días menos de clases no hay CALIDAD, con ausentismo docente no hay CALIDAD, con niños estudiando con vidrios rotos y en sótanos de la escuela no hay CALIDAD, hagan la diferencia por favor. Jorge Fuentes papá de un alumno".

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