Una inflación muy dura de domar

El índice de agosto mostró que aún quedan reformas profundas por hacer. El análisis de Rodolfo Cavagnaro.

Rodolfo Cavagnaro

Se conoció el IPC del INDEC del mes de agosto, que dio un valor de 4,2%. De esta manera se desvaneció el deseo del gobierno de verlo por debajo del 4%. A pesar de que son solo décimas, perforar el 4 era un indicador sicológico y cuando se ve el comportamiento de los distintos rubros van apareciendo algunas señales para tener en cuenta.

En principio, hay que ver que el IPC núcleo, que es el más importante, y que estaba estático en 3,2%, ascendió a 4,1%, lo que muestra que hay un movimiento en lo estructural y, a no dudarlo, es la incidencia de los aumentos de tarifas de los meses anteriores. Hay que recordar que esos aumentos no son autónomos, sino que se proyectan en forma sistémica sobre toda la economía.

El segundo dato es que los precios regulados crecieron un 5,9%, y esos son los que corresponden a los aumentos tarifarios de este mes, que se proyectarán al resto de la economía en los meses posteriores. Tanto los que hace a luz, gas, agua, combustibles y otros servicios públicos se viene aumentando conforme a la inflación y esto asegura que no bajarán nunca. En Mendoza el índice dio 4,6% y fueron los rubros impactados por servicios públicos los que más aumentaron.

Qué hay que saber sobre los datos inflacionarios de Mendoza

Es que el gobierno impuso la lógica de la indexación, cuando estableció lo que se denomina el "crawling peg", o sea, una devaluación prefijada del 2% mensual. Esta solo asegura que todos los precios se van a ajustar ese porcentaje, pero, en algunos casos, se les agrega otros rubros y, fácilmente, se llega al 4%. Además, las tarifas, o sea los regulados, se aumentan conforme a la inflación, lo que hace que se sea muy difícil que la inflación pueda bajar de ese nivel.

Ya hemos dicho varias veces que la indexación es un error muy grave, y conviene recordar que, cuando se dictó la ley de convertibilidad, una de las reglas básicas, era la prohibición de la indexación de los contratos. Esa regla de la Ley de Convertibilidad sigue vigente, pero nadie la respeta, porque el gobierno no lo hace.

En esta situación el gobierno se enfrenta a un problema. Todavía hay mucha plata en poder de los bancos, que ha hecho crecer el crédito, aunque no es barato. Esto tiende a mejorar los niveles de consumo en algunos sectores, pero genera movimiento de dinero que puede acelerar los precios, que venían aplastados por la recesión.

Se rompió el techo esperado de 4% de inflación

Por este motivo, el gobierno deberá acelerar las tareas de ajustes de gastos y liberar el cepo antes de lo planeado porque es la única forma de eliminar la cláusula indexatoria del dólar, dejarlo flotar. Que las pautas se comiencen a manejar por la oferta y la demanda y no por de decisiones de gobierno, como hasta ahora.

Es un momento crucial. La sociedad aceptará a regañadientes la decisión de vetar el aumento de los jubilados, pero no perdonarían nunca un rebrote de la inflación, que podría producirse, aunque el gobierno no emita y tenga superávit. Y es debido a la torpeza seguir con la indexación de los contratos, un resabio dirigista que Milei no puede permitirse.


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