Carolina Montivero, esa chica sencilla e inteligente
"Carolina fue una dirigente mendocina de ley", sostiene en este homenaje la periodista y compañera de militancia en las recientes elecciones, Laura Carbonari.
A Carolina Montivero no le gustaba andar con vueltas: era una chica sencilla inteligente, de una gran determinación que había hecho del gremialismo una escuela de vida junto a su padre, Humberto Montivero, un gremialista de larga data en nuestra provincia.
Desde chica había abrazado la tarea del gremio de los gastronómicos de una manera muy particular, le puso alma y vida. Fue madre muy joven de Emiliano Terrada, un maravilloso joven que fue candidato en estas últimas elecciones a concejal de Las Heras por el Partido Federal.
Luego fue madre de 2 maravillosos hijos. Tuvo que sobrellevar el dolor más grande que una madre puede tener, la pérdida de uno de ellos. Lo supo sobrellevar con entereza aunque en el cuerpo se le marcaron algunas llagas como el lupus que la llevaba a bajones de energía.
Carolina fue una dirigente mendocina de ley.
Se le plantaba a cualquier persona que desconfiaba de la fuerza del Gremialismo pero también tenía idea es muy propias de lo que se debía dar a los trabajadores, impulsó la escuela de oficios y empleos gastronómicos y hoteleros q les dio a mucha gente salida laboral.
Compartir su hogar con un maravilloso esposo, el periodista Poli Avalos a quien amaba entrañablemente. La conocí a raíz del del periodismo primero cuando en la pandemia era prácticamente la única gremialista a la que acudía los empleados cuando los hoteles estaban cerrados y las empleadas de los hoteles, por ejemplo, no tenían los elementos necesarios no para dar a luz.
Ella estuvo atenta a las necesidades de toda la gente del sector en la pandemia.
Luego enarboló la bandera de su lista para conducir a UTHGRA en estas últimas elecciones. Carolina era una mujer hermosa llena de fuerzas que tenía la convicción de que se podía todo con trabajo.
También fue candidata a diputada provincial por el Partido Federal en el Primer Distrito. Fue ahí cuando compartimos muchos días de campaña. La vida me regaló la posibilidad además de ser su amiga.
Pese a que su salud se estaba deteriorando muchísimo decidió ponerle el último envión. Y el 2 de diciembre, el mismo día de su cumpleaños, pudo festejar que ganaron.
Hoy la despido de pie, con un gran aplauso, como se aplauden a aquellas corredoras victoriosas que traspasan después de una maratón de 42 kilómetros la meta final.