Hidrógeno verde: el desafío
Silvano Castillo escribe en este artículo en torno al hidrógeno verde, la fuente energética de la que todos hablan.
Hasta mediados del siglo pasado, el consumo energético y el crecimiento demográfico a nivel mundial mantuvieron cierto paralelismo gráfico. A partir del año 2000 el consumo energético tiene una velocidad de crecimiento mayor que el aumento de la población mundial.
En la actualidad, el sistema energético mundial está basado en recursos que proceden en su mayoría de combustibles fósiles tales como el carbón, el petróleo o el gas natural. El carbón y el gas natural son empleados en centrales térmicas y de ciclo combinado para la generación de energía eléctrica, junto con las centrales nucleares y las fuentes de origen renovable. Por su parte, los derivados del petróleo son las fuentes de energía principales empleadas para el transporte, ya sea por carretera, marítimo o por el aire.
Las nuevas directivas de orden mundial en materia de energía y medio ambiente (Green Deal) son claras: la economía energética tiene que descarbonizarse y se han de intensificar los esfuerzos para reducir las emisiones hasta en un 55% para 2030, persiguiendo el objetivo principal de ser climáticamente neutra de aquí al año 2050. Esto requiere una estrategia integral y profunda que aumente la producción de energía limpia de origen renovable y fomente la descarbonización del sistema energético, sobre todo en lo referente a equipos de calefacción y refrigeración.
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En este
contexto, la transformación hacia un sistema energético basado en el hidrógeno renovable
favorece y ayuda al cumplimiento de estos objetivos, ambiciosos en la actualidad, aunque
necesarios para la conservación del planeta y de la vida de los seres humanos tal y como la
conocemos hoy en día.
El hidrógeno es el elemento químico más abundante en el entorno de nuestro planeta y a la vez el más ligero de todos los que componen la tabla periódica de los elementos. A pesar de ello, rara vez se encuentra en su forma elemental como una molécula diatómica, sino que por lo general se halla formando compuestos que están presentes prácticamente en cualquier lugar.
Hidruros, hidrocarburos, carbohidratos o, su forma más común, en la molécula de agua (2) son algunos ejemplos de compuestos que contienen hidrógeno. De hecho, esto es así porque dichas formas son más estables, esto es, tienen una menor energía que separados los átomos entre sí. Por tanto, para obtener el hidrógeno puro será necesario romper estas moléculas y cadenas suministrándoles energía.
Dependiendo de la fuente de energía primaria a partir de la cual se obtenga el hidrógeno, éste
puede denominarse acompañado del nombre de un color:
Todo señala que el Hidrógeno Verde es el combustible que el planeta necesitaba. Para su producción se utiliza energía de fuentes renovables, en consecuencia, no emite gases de efecto invernadero. Fácil y seguro de transportar para llevarlo allí donde se necesite. Y su almacenaje es posible. El hidrogeno verde es el vector de desarrollo de energía limpia.
"La mejor innovación de los últimos años para combatir el efecto invernadero" así fue la definición del empresario Bill Gates al referirse al hidrogeno verde o hidrógeno renovable.
Obtención del hidrogeno verde:
Por electrólisis a partir de fuentes renovables. Este proceso consiste en la descomposición de las moléculas de agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2). Sobre el proceso de electrólisis, se puede decir: "Si consideras como materia prima el agua, esta tiene 2 átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Si uno le aplica un potencial de descomposición con energía eléctrica se puede dividir la molécula y se separa por un electrodo el hidrógeno y por otro el oxígeno".
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Para que este método sea sostenible, las energías renovables -como la eólica y la solar- juegan un papel fundamental. De ahí, que los vientos de nuestro país sean una de las claves.
Otro factor es la pureza del agua, materia prima del proceso, mientras más limpia menos mantenibilidad de los elementos asociados al mismo.
En la producción de hidrógeno verde no se utiliza ni se emite dióxido de carbono. Por esto, es central en el proceso de des-carbonización de la economía.
La producción de Hidrogeno verde es una gran oportunidad para la Argentina.
El hidrógeno verde se piensa como el combustible del futuro porque es no contaminante.
La realidad indica que, el 99% del hidrógeno usado como combustible se produce a partir de fuentes no renovables. Y menos del 0,1% se produce a través de la electrólisis del agua, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés).
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En nuestro país este combustible transportador de energía se podrá utilizar, en: las industrias, en el transporte y en la generación de la propia energía eléctrica. Largo es el camino para poder implementar su utilización, el balance energético, el control de riego de su manipulación y otros factores, predicen que quizás Argentina sea exportador de este combustible.
"Todo lo que puede ser imaginado, es real". Pablo Picasso.