¿Quién ganó en Chile, la izquierda o Boric?

El triunfo fue contundente, pero a veces es más fácil etiquetar y hablar de un triunfo de la izquierda, cuando en realidad hay muchos factores que muestran que fue la figura del magallánico la que atrajo al votante y no así un sector o una ideología.

La pregunta que todo el mundo se hizo cuando se inició el estallido social en Chile en octubre de 2019 era quién iba canalizar toda ese movimiento, qué sector político podría haberlo hecho. Si nos vamos por el análisis más simple y rápido, tenemos que decir que fue la izquierda la gran ganadora. Sin embargo, hay factores que muestran que el voto ganador del domingo en Chile es más propio del candidato que del grupo de banderas partidarias que lo acompañaron.

Si miramos un poco el detalle, el Partido Comunista (PC) en los informes internacionales aparece siempre destacado dentro de Apruebo Dignidad (el conglomerado que encabezó el presidente electo). Sin embargo, si realmente el PC fue el que canalizó el descontento del estallido, por qué su candidato -Daniel Jadue, vencedor en todas las encuestas previas- no ganó la primaria y se quedó sin carrera presidencial. Boric lo liquidó en la primaria, y no sólo eso, en la etapa final de la campaña el PC fue más una piedra en el zapato para el magallánico y constantemente se distanció de opiniones de los sector más radicalizados de los comunistas. Es que el presidente electo, más que identificado con el PC, está identificado con algunas figuras nuevas de ese partido, como Camila Vallejos o Carol Cariola, con quienes compartió como dirigente universitario.

Entonces, claramente el comunismo chileno no fue un gran movilizador de votos para Boric, quien ganó mucho más cuando dio un paso hacia el centro y puso a distancia al sector más extremo. Ahora, no le quepan dudas que el PC va a querer condiciones al nuevo mandatario, cuestión que ya comenzó a dejar ver durante la campaña.

Otro factor que muestra lo movilizador que resulto el candidato, fueron los resultados en el norte de Chile, donde había ganado por paliza el tercero en discordia, Franco Parisi, el candidato outsider que llegó después de los dos que llegaron al balotaje. Si la cuestión para los votantes hubiera sido sólo una elección entre izquierda y derecha, esos votos tenían que ir para José Antonio Kast, lo que finalmente no ocurrió. El presidente electo ganó en las regiones del norte, captando el voto de muchos que eligieron antes a Parisi y de otros que se animaron a votar recién en segunda vuelta.

Sin ir más lejos, haciendo una pequeña encuesta entre amigos, familiares y conocidos, encontré que muchos votantes históricos de la centro derecha esta vez apoyaron al que será el presidente más joven de la historia de Chile. Entre los factores para ese cambio estuvieron la juventud, las nuevas ideas, la capacidad de diálogo, la necesidad de una renovación y la ausencia de partidos políticos tradicionales que fueran a condicionar sus proyectos.

Claramente si se tiene que posicionar a Boric en algún lugar, va a estar más a la izquierda, pero los hechos han demostrado que no es un tipo necio y tampoco un tipo que avance en base a condicionamientos. Un ejemplo de eso fue el quiebre que tuvo con el mismo Partido Comunista e incluso con amigos (como el alcalde Valparaíso Jorge Sharp, magallánico como Boric), cuando decidió asistir al llamado de Piñera para firmar el acuerdo por la paz. Ese encuentro derivó en el plebiscito para decidir si se redactaba una nueva Constitución, la misma que hoy está en proceso de creación. En ese momento dejó todo en manos del tiempo, como dando a entender que todo llegaría al lugar indicado. Pues bien, el tiempo le dio la razón.

Entonces, cuando comenzamos a analizar un poco más, nos damos cuenta que decir así livianamente la izquierda sube al carro de la victoria a muchos que sin un candidato como el actual presidente electo, no hubieran pasado de la primera vuelta. Tanto así que el mismo Ricardo Lagos, expresidente de Chile, destacó que gran parte del avance y del nivel de campaña que alcanzó José Antonio Kast fue gracias a las posiciones extremas como la del PC.

Hoy toda la izquierda celebra, pero en el fondo saben que el triunfo no es propio, por lo que no debe extrañar que en el corto plazo comiencen a ejercer presión para impulsar sus programas y condicionar a un Boric que se muestra más abierto a los consensos. 

Sólo con estos datos ya es posible aclarar que la izquierda no ganó, sino que ganó un presidente con ideas de izquierda, pero que no es un necio y deja abierta la puerta a las negociaciones necesarias y los consensos, especialmente después de que la nueva conformación del Congreso trasandino obligue al diálogo para avanzar con reformas.

Y como detalle final, y para ver cómo es la visión que tiene Boric, aclaró que las reformas serán progresivas y en la medida que la financiación de esas reformas estén respaldadas por nuevos ingresos. Es decir, no tiene la idea de gastar a cuenta y avanzar con algunas ideas populistas que algunos sectores desearían.

Esperemos que todo lo que se promete se cumpla, porque muchas veces hemos visto que no todo lo que brilla es oro, especialmente cuando son los propios son los que pueden condicionar más que los extraños.

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