Esto pasa en mi país paisano: figuritas sí, cubiertas no
El titular de la bancada de senadores de Cambia Mendoza en la Legislatura, Martín Kerchner, realiza una analogía entre la falta de neumáticos y de fuguritas del Mundial, y de cómo se ocupa el gobierno de una y de la otra.
Mientras el país atraviesa la crisis inflacionaria más cruel de las últimas tres décadas y se están cerrando las cadenas de producción, para el gobierno de Alberto Fernández lo urgente es resolver la falta de figuritas del Mundial en Argentina.
Las principales empresas del sector de producción de neumáticos: Fate, Bridgestone y Pirelli se encuentran paralizadas debido a un reclamo salarial de los trabajadores que viene desde hace poco más de cinco meses sin resolución, y que luego de casi medio año hoy empieza a destrabarse. Estas compañías producen en el país alrededor de 6 millones de cubiertas al año, por lo que se estima que desde que inició el conflicto gremial 1,3 millones unidades, se dejaron de producir.
El dato no es menor, porque la falta de producción trae consigo grandes consecuencias, no sólo impacta en la economía de las 5.000 familias que trabajan en las fábricas de neumáticos, sino que acarrea mucho más. Hoy 75.000 empleados del sector automotriz y 127.000 que trabajan en empresas proveedoras que ven amenazadas sus fuentes de trabajo.
Y el impacto es mucho peor si se tiene en cuenta la cadena de producción, ya que no sólo están siendo afectadas las fábricas de neumáticos, sino también las automotrices que tienen parada la fabricación, los talleres, las gomerías, el transporte y logística en general. Por citar un ejemplo, solamente en Mendoza hay registrados entre camiones y acoplados casi 30 mil unidades y esto sin contemplar la cantidad de vehículos que transitan de paso por la provincia.
Esta situación no sería tan grave, si la industria tuviera otras alternativas de transporte como trenes o aviones, pero lamentablemente están monopolizados por sindicatos que poco piensan en la sostenibilidad de las fuentes laborales, pues paralizar una empresa es llevarla a la quiebra y generar desempleo. Esta es una errónea visión que el peronismo impregnó a algunos gremios argentinos, y el sentido común indica que si no hay Pymes no hay trabajo.
Si hubiesen continuado con la desregulación del transporte aéreo, que empezó el gobierno de Cambiemos, o destinado más inversión en materia ferroviaria para evitar tragedias como la de Once, hoy tendríamos más posibilidades de tener opciones ante la parálisis de un sector que afecta al transporte general. Estas son las cosas de las que nos priva el populismo, dicen hacer algo y en realidad solamente destruyen las capacidades de producción argentinas. Ese ha sido el eje central que ha tenido la dirección del kirchnerismo peronista en las últimas dos décadas de gobierno.
Cada día que pasa se afecta un nuevo eslabón de la cadena productiva. Todos los argentinos estamos sufriendo las terribles consecuencias de la inoperancia de un gobierno nacional ausente, que nos está llevando a ser una máquina de producir pobreza, lo que es paradójico para el mundo, pues Argentina es un país lleno de riquezas.
Porque mientras la novela de las cubiertas sigue impactando en la economía real de los argentinos, Alberto Fernández y todo su equipo económico con Sergio Massa a la cabeza, parecen estar en una realidad alterna, preocupados porque la empresa que fabrica las figuritas del próximo mundial Qatar 2022, tenga abastecimiento para octubre. Tanto es así, que el gobierno le puso a disposición a los fabricantes los equipos legales y técnicos del Estado para colaborar en la producción y distribución de las mismas. Esto parece un chiste, pero lamentablemente no lo es. De los verdaderos problemas, mejor hablar.
Es tan pero tan insólito, que a esta administración kirchnerista no le afecte el cierre de fábricas, que son estratégicas para el comercio y transporte en la Argentina, provocando falta de producción y miles de familias que están quedando sin sustento.
En el mundo real, en la Argentina del 45% de pobreza, de 100 puntos de inflación, sin reservas, aislados del mundo, con el nivel de desconfianza más alto visto hacia la institución presidencial y sumergidos en niveles de corrupción nunca antes vistos en el país, o por lo menos probados en juicio, los argentinos de sangre emprendedora, con un ADN puesto en el esfuerzo y el trabajo como nos gusta decir a los mendocinos, hacemos cuentas para llegar al 10 de diciembre del 2023. Y con mucho sacrificio, seguramente, sacar a la Argentina adelante terminando con el populismo mágico de forma definitiva, porque sin ellos o sea, sin el palo en la rueda, el país no tiene otro destino más que avanzar y crecer.
EL AUTOR. Martín Kerchner Tomba es el presidente Bloque de Senadores del Frente Cambia Mendoza.