En Chile usan los changos inteligentes y en Mendoza no lo están viendo venir
El avance tecnológico en el sector de los supermercados no se va a detener y los dirigentes sindicales parecen no ver lo que está sucediendo. El ejemplo mencionado es sólo uno en un mundo de tecnología que avanza a pasos agigantados.
Creo que la primera señal clara que tuve de la falta de visión de algunos dirigentes sindicales fue cuando en un viaje a Chile usé por primera vez los trenes del subte que no tienen conductor. Ese hecho coincidía con los reclamos de los sindicatos del servicio de trenes en Buenos Aires. Mientras ellos pedían mayor presencia de afiliados en algunos puestos, la tecnología en el vecino país permitía que toda una estación funcionara automatizada.
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De eso pasaron años, pero las señales se siguen dando y ahora me las encuentro más cerca, a la vuelta de la esquina, acá en Mendoza.
Este viernes me encontré con una manifestación del Centro de Empleados de Comercio (CEC) en el supermercado Chango Más. Los reclamos eran similares a otras manifestaciones y por supuesto que deben ser legítimos. Pero más allá del reclamo puntual, la imagen que me quedó es la de una sindicalismo que hace cuatro décadas funciona de la misma manera, con los bombos, ruido y un accionar similar al de los 80 o los 90. En este caso es el CEC, pero puede ser cualquier sindicato, acá o en cualquier parte de la Argentina.
En lo personal, no veo una evolución del dirigente sindical, uno que no siga funcionando a la antigua. Uno mire al futuro y comience a ver la forma en que el gremio puede preparar a su gente para lo inevitable, que es el uso de tecnología en todos los ámbitos del trabajo.
En el caso puntual de la manifestación en el supermercado, de inmediato hay que pensar en la automatización de los procesos, los autoservicios y las compras por Internet. Pero también se me vino la imagen de lo que se está haciendo en Chile (donde ya el sistema de autoservicio con pagos electrónicos está muy afinado) y comenzaron a estudiar nuevas etapas. Por ejemplo, ya comenzaron a usar los changuitos o carros inteligentes, los que son capaces de reconocer los productos que se van agregando, hacer la cuenta y cobrar al final de la compra sin presencia de ningún asistente en el proceso.
Desde el año pasado que se están haciendo pruebas dispositivos con cámaras y scanner que se ponen sobre el carro y van identificado cada producto que se suma. En una pantalla indica el precio y va haciendo la suma de toda la compra en tiempo real. Incluso, es capaz de identificar si se saca algún producto del carro para borrarlo del listado. Al final de la compra genera un código para el pago con algún medio electrónico.
No se trata de un sistema que estén usando en Estados Unidos, Japón, China o Europa, es acá al otro lado del cordillera. Claramente, los supermercados evolucionan hacia espacios donde haya más autoservicio y automatización, ya sea con herramientas para los clientes o robots que se encarguen de muchos procesos.
En ese contexto, y con el boom de la Inteligencia Artificial, el sindicalismo de los 80 y lo 90 necesita evolucionar para seguir cumpliendo el rol de la defensa de los trabajadores. En ese sentido, todo indica que deberían apuntar a ver cómo el empleado se acomoda en este nuevo esquema y cómo se pueden resguardar empleos ante la inevitable evolución tecnológica.
Hoy eso no se está dando y el sindicato vive en un status quo que lo único logra es perder representatividad. Está enfocado en una realidad que ya no existe y se está quedando atrás en la evolución de los negocios. El tema puntual es que estos cambios en los procesos (en este caso del negocio de supermercados) no es sólo algo que quiere el propietario del comercio, sino también al cliente. La persona valora que su proceso de compra se más agradable y con avances tecnológicos aplicados para una mejor experiencia. La cuestión va más allá, porque el cliente no sólo los valora, sino que ya comienza a exigir que se apliquen cambios que quizás vio en un viaje o a través de la televisión o redes sociales.
Pero como el caso de los supermercados también tenemos otros. Otro ejemplo son los casinos online, plataformas que ya están operando en Mendoza y que no son un capricho del IPJyC, sino que es la evolución que está teniendo el negocio del juego. Es posible jugar desde su casa, en un celular y sentado en un sillón cómodo tomando un café o mate. Todo al alcance de un clic, con servicios de streaming que se generan al otro lado del mundo.
Considerando estos contextos, también habrá que analizar qué sucede en el futuro con las fuentes de trabajo en espacios físicos, tal como mencionamos el caso de los supermercados, los trenes o cualquier profesión. Incluso, es algo que nos afectará a nosotros los periodistas, que hoy nos enfrentamos a herramientas de Inteligencia Artificial de Google que también apuntan a cumplir un rol dentro de los medios informativos.
Ante lo inevitable, lo que espero es que el dirigente que pretenda encabezar el gremio al que me toca o elijo pertenecer, es que tenga una visión a futuro, donde no sólo me diga que va a salir con el bombo y que vea qué va a pasar con las fuentes de trabajo de acá a una década o más para encontrar las herramientas que permitan a sus afiliados estar preparados para lo que se viene y acoplarse a la evolución.
Hoy, lamentablemente, parece que todos creen que los changuitos inteligentes o la Inteligencia Artificial es cosa de otro mundo, pero lo cierto es que está ahí a la vuelta y muchos dirigentes en Mendoza no la están viendo venir.