¿Existe una influencia de la religión en el comportamiento moral?

¿Sentimos hablar mucho sobre las religiones y su influencia en el comportamiento moral de las personas, es esto una clara verdad? ¿O una utilización de la religión para disfrazar otros comportamientos? ¿Existe una influencia de la religión en el comportamiento moral?

José Jorge Chade
Presidente de la Fundación Bologna Mendoza

 El análisis de la bibliografía pertinente realizado por Paul Bloom, de la Universidad de Yale, publicado en la Annual Review of Psychology con el título Religion, Morality, Evolution, nos ayuda sin duda a arrojar luz sobre la cuestión. A continuación, algunas reflexiones de este análisis.

En la historia de la humanidad, la moral ha formado una pareja inseparable con la religión. Sin embargo, en la cultura y las sociedades occidentales modernas, las teorías éticas han concebido la moral con independencia de la religión, oscureciendo o eliminando su fundamento teológico, hasta el punto de legitimar la tesis de una "ética sin Dios" en el debate público. En el académico, pues, se multiplican las explicaciones naturalistas de la moral que tienen poco o nada en cuenta la religión.

Hay que tener en cuenta el reciente debate angloamericano sobre el tema, es reunir moral y religión partiendo de la cosmovisión teísta: una visión filosófica y al mismo tiempo religiosa que reconoce la existencia de un Dios omnipotente, omnisciente, perfectamente bueno y creador del mundo.

La tesis desarrollada es que una ética de base religiosa, lejos de ser anticuada y superada, es capaz de ofrecer una justificación y motivación de la moral más convincente que una secular y de representar, dentro del pluralismo ético contemporáneo, una clara alternativa al relativismo y al nihilismo moral (El nihilismo moral es una postura filosófica que niega la existencia de valores, principios o verdades morales. Los nihilistas morales consideran que no se puede afirmar que algo sea cierto, ya que la moralidad es difícil de fundamentar en hechos moralmente verdaderos).

Sin embargo, poseemos buenas razones para abordar científicamente el origen de la religión en la naturaleza humana, las creencias y prácticas religiosas, que están universalmente extendidas, influyen y se entrecruzan con otras divisiones sociales y políticas relevantes para la vida cívica de todos y, por último, siguen determinando en no poca medida la vida material e intelectual de muchas personas. Lo percibimos todos los días viendo las noticias del mundo y en muchos países sus realidades socioculturales son transversales a la religión de ese estado.

Un aspecto importante del estudio del fenómeno religioso es su influencia en la moralidad, aspecto que se entrelaza con la cuestión del valor evolutivo y el significado de la propia religión. Por ejemplo, las prácticas religiosas pueden considerarse funcionales a la cohesión del grupo y, por tanto, a la cooperación mutua y el altruismo. En este sentido, la religión tendría un impacto positivo en la moralidad, al menos en lo que respecta a las relaciones dentro del grupo de creyentes.

Para determinar el impacto de la religión en la moralidad, debemos distinguir primero entre dos componentes principales del fenómeno: la creencia religiosa y la pertenencia a un grupo que practica la religión. Por lo tanto, por un lado, la creencia en lo sobrenatural y, por otro, un tipo de actividad social. 

Una vez tratada esta distinción, podemos plantearnos con mayor precisión la cuestión de si la religión nos hace mejores o peores seres, o si, por el contrario, nos deja tal como somos.

El análisis de los estudios de correlación y las investigaciones de laboratorio para determinar el papel de la religión en la acción humana (buena o mala), considerados en su conjunto, muestran que, mientras que, por un lado, la religión tiene un efecto positivo en la moralidad, en el sentido de que las personas afiliadas a grupos religiosos aparentemente dedican más tiempo y recursos a ayudar a los demás que las personas no religiosas, y que los religiosos de distintos tipos aumentan comportamientos morales como el altruismo hacia los extraños y reducen comportamientos moralmente desaprobables como el engaño, por otra parte, la religión también tiene efectos negativos o nulos sobre la moralidad, en el sentido de que algunos seculares aumentan los comportamientos moralmente aprobables .

Este efecto aparentemente contradictorio de la religión sobre el comportamiento moral puede explicarse principalmente por el hecho de que la religión ejerce sus efectos (buenos y malos) a través de su fuerza de cohesión social, una fuerza de doble filo, ya que la pertenencia a un determinado grupo social implica, por un lado, un aumento de los comportamientos moralmente aprobables dentro del grupo hacia los miembros del mismo, de modo que el factor relevante es la pertenencia a la comunidad y no el sistema de creencias compartido (hasta el punto de que hay estudios, como el de Putnam y Campbell (2010), que demuestran directamente que las creencias religiosas no influyen para nada en los comportamientos morales, por ejemplo la caridad, y que es por tanto la pertenencia a la comunidad el factor relevante), y por otro lado, demuestran también un aumento de los comportamientos moralmente desaprobables hacia personas pertenecientes a otros y diferentes grupos sociales.

En resumen, el aspecto específico de la religión, es decir, el sistema de creencias sobrenaturales codificado en los textos sagrados pertinentes no desempeñaría ningún papel en la configuración del comportamiento moral del hombre religioso, que en cambio se vería influido simplemente por el hecho de pertenecer a la comunidad religiosa. 

Por lo tanto, el aspecto relevante de la región para el comportamiento moral no sería un aspecto específicamente religioso, ya que lo comparte con otras formas no religiosas de actividad social.

Aunque pueda parecer evidente que algunas creencias religiosas tienen efectos negativos o incluso positivos sobre el comportamiento moral, los estudios psicológicos realizados hasta ahora, considerados en su conjunto, parecen indicar que los comportamientos moralmente connotados, aprobables o desaprobables (como los prejuicios raciales, por una parte, y los comportamientos caritativos, por otra), correlacionados con la religiosidad, no están en función de creencias religiosas específicas, sino únicamente de la pertenencia a un grupo social. 

Desde un punto de vista científico, por tanto, hay pocas pruebas a favor de la opinión generalizada de que las ideas y enseñanzas morales contenidas en las religiones tienen una influencia importante en el comportamiento moral del creyente.

Referencias:

1. Bloom, P. (2012) Religion, Morality, Evolution. Annual Review of Psychology. 63; pp.

179-199.

2. Putnam, R., Campbell, D. (2010) American Grace: How Religion Divides and Unites Us.

New York: Simon & Schuster.

3. Francesco Margoni .Religione e morale, quale influenza? Posted By 11/02/2013. Italia

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