El necesario golpe de timón

"El esfuerzo debe ser de todos, con asistencia a los más desvalidos y con más ideas y recursos a medida que aumenten los recursos, la competencia y la responsabilidad.", sostiene Daniel Ariosto, presidente de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), en esta columna.

Daniel Ariosto

Vamos a tener que ordenarnos.

Entender qué tipo de democracia le cabe a este país que queremos y cuál es el rol que van desempeñar las instituciones en esta nueva Argentina que mucha gente quiere refundar.

Se agotaron los modelos del siglo XX y nos encaminamos hacia un país más aggiornado a las necesidades de los ciudadanos de este siglo, de este mundo.

Enredados en nuestros problemas, no nos dimos cuenta de que la política retrasaba, que evidentemente no estaba preparada para dar respuesta a los problemas de siempre (polarización, inflación, corrupción, asistencialismo, estado sobredimensionado) ni a los nuevos.

Quizá este golpe de timón tan radical sea lo que estábamos necesitando.

Es fundamental la participación de todos. La democracia da tantas posibilidades que es posible que de a poco, vayamos encontrando nuevos caminos y procesos más participativos, más representativos, para poder llevar adelante los destinos de nuestro país.

La economía no es lo único, pero está claro que es el gran desafío a superar para poder ir pensando en un país integral, desarrollado, libre, innovador, con oportunidades y posibilidades de crecer.

Más que nunca, debemos entender que ser ciudadano no es solo ir a votar. Debemos estar atentos a todo lo que atañe directamente a nuestros ámbitos y a los de la sociedad en general, en la medida de las necesidades y posibilidades.

Y hablamos de estar atentos y ser responsables porque es cierto que "a río revuelto ganancia de pescadores" y no todos los actores sociales son tan bien intencionados o idóneos para llevar adelante acciones que garanticen el bien de las mayorías. Tendremos que defender algunos espacios y renovar otros.

Oficialismo y oposición, poderes Ejecutivos, Legislativo y Judicial deberán estar más activos y vigías que nunca para que en este nuevo camino que emprendemos garantice los derechos y controle las obligaciones, para que todos pongamos en la medida de nuestra capacidad.

El esfuerzo debe ser de todos, con asistencia a los más desvalidos y con más ideas y recursos a medida que aumenten los recursos, la competencia y la responsabilidad.

Es una excelente oportunidad. La que esperábamos desde hace mucho tiempo. Ciudadanos y gobernantes involucrados y participando en los ámbitos destinados para tal fin, en los cambios que se avecinan, construyendo, poniendo todas las energías en converger.

"Argentina necesita cambios profundos, reformas estructurales, necesariamente dolorosas para no seguir siendo un país decadente" dijo en estos días el presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, Mario Grinman. Esto es en lo que nos encontramos con el nuevo gobierno, encabezado por el presidente Javier Milei junto a muchos ciudadanos de bien, que lo hayan votado o no, apuestan a sembrar para, en un periodo considerable, poder cosechar.

Parafraseando a Santiago Kovadloff, nos despedimos con un pensamiento que compartió en su visita a Mendoza: "Escuchar al otro, no interrumpirlo, con la fortaleza de ser críticos -proponiendo alternativas- con objetivos claros, aspiremos a un cambio razonablemente, estructural, lento y duradero para la Argentina".

¡Feliz y esperanzado 2024!


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