Qué tiene Mendoza para ofrecerle a Milei

La Argentina se encuentra en la primera etapa del camino hacia la estabilidad y el crecimiento sustentable, la más dura, aquella donde se hace el ajuste fiscal, para recuperar el equilibrio. La etapa es compleja porque es la de mayor costo social, ya que se achican drásticamente contrataciones del Estado, de bienes, de servicios y de personas.

El desastre populista en Argentina amerita dicho ajuste, no queda otra, el equilibrio fiscal es condición necesaria para volver a crecer. El actual gobierno nacional hereda un desequilibrio de 5 puntos del PBI (financiero) y 3 puntos del PBI (primario), y por lo tanto debe recortar. Se puede discutir la velocidad (gradualismo) del ajuste, sus priorizaciones (a las Provincias se las ha cargado excesivamente), pero el recorte en sí es inevitable, era eso o la hiperinflación.

Mendoza se enfrentó a una realidad parecida allá por el año 2016 (apenas asumía Cambia Mendoza), tras el desastre fiscal de las 2 gestiones justicialistas anteriores. Había que salir rápidamente de un Estado Bobo, que aumentaba el gasto ineficiente, el déficit y también los impuestos, para encarar el rumbo a un Estado Inteligente.

No fue, ni seguirá siendo una tarea sencilla, pero se inició a paso firme. Hoy, 8 años después, la Provincia ha:

- recuperado el superávit primario, (6 años seguidos)

- mejorado el porcentaje de inversión pública dentro del presupuesto, (superando los dos dígitos)

- disminuido el stock de deuda, (al mínimo histórico)

- disminuido la cantidad de personal,

- disminuido impuestos, tanto ingresos brutos (menores alícuotas) como automotor e inmobiliario (efecto topeo).

Este enorme avance, en pocos años, le permitió a Mendoza posicionarse en 1er. lugar en el ranking de credibilidad de emisores de bonos de deuda (con Paco Pérez estábamos al fondo de la tabla), lo que nos llevó a obtener calificaciones de riesgo altas (Moody's: BBB.ar estable) para lo que hoy es el país. 

Hoy la Nación tiene para seguir el camino de Mendoza: recuperar equilibrio fiscal, bajar riesgo percibido del mercado, y mejorar la performance de la economía. Nuestra provincia lo viene mostrando desde hace 2 gestiones, y desde el actual gobierno nacional lo saben y valoran.

  Equilibrio Fiscal + Baja de Riesgo Mercado Financiero + Baja de Impuestos Aumento de Inversión Pública + Baja de Deuda Pública = Desarrollo sostenible en el mediano plazo.

Mendoza hoy necesita imperiosamente que a Nación le vaya bien estabilizando la macro, la correlación entre nuestro PBG y el PBI ronda el 90%, es altísima. Por tanto, si Argentina vuelve a crecer con baja inflación, en Mendoza habrá más inversión, consumo y exportaciones, el círculo virtuoso completo de la demanda agregada. Desde el gobierno provincial ya hemos hecho el ajuste fiscal, donde el Estado Inteligente dejó atrás al Estado Bobo, sentando las condiciones para la competitividad, sólo falta que sople un poco de viento de cola, es decir, que se acomode la macro nacional.

Por supuesto que contamos con herramientas locales, por ejemplo, el ex Fondo Portezuelo (u$s1023 millones), recientemente liberado para hacer obras en toda la Provincia, pero con esto solo no alcanza, se debe reactivar el crédito privado, para que la economía mendocina logre una dinámica alta, como hemos logrado en otras épocas de estabilidad (2003-2007, por ejemplo, donde se crearon 6 mil empresas nuevas netas).

El camino hacia la estabilización nacional se está transitando, hay indicios correctos en lo fiscal, en la baja del riesgo país, en el humor empresario. Mendoza, a diferencia de otras provincias, ya tiene los deberes hechos, por lo tanto, va a arrancar más rápido. Ese es el beneficio de haber empezado antes.