Enero, el bravucón que todos soportamos

"Every month means a little something

but January is the month that cares"

"January" de Elton John.

Qué raro, intenso y eterno que es enero. Nos provoca como el matón que nos espera en la esquina del barrio. Nos mira feo. Caminamos desolados. Este mes es puro letargo.

Enero tiene el enigma de que lo bueno, bonito y barato sale caro. Si hay conectividad y todo anda rápido el sistema (que siempre se cae), ahora directamente no está funcionando.

La gente hace largas filas para pagar impuestos y empezar el año con un plan de pago.

De pronto, las tardes sufren un cambio drástico: todo se aquieta; algunos lugares cierran; las calles se muestran casi desiertas.

Lo lindo se vuelve extraño. No hay chilenos pero siguen brasileros paseando.

Las noticias son las peores. Todo huele mal. Todo cuestionado. Y de las buenas ni podemos confiar, demasiado enero para ser real.

Nadie nos llama. Si el celular suena es de un número denunciado.

Todos demoran en responder los mensajes: "Ok perdón, estoy descansando".

Cosas para hacer: la muestra de dinosaurios. ¿Me están cargando?

Los laburantes en la siesta van al supermercado; si, por el aire acondicionado.

En enero no se proyecta, no se piensa, no se decide nada. Solo hay que dejarlo pasar. Nunca detener su marcha.

Las protestas no parecen un tema sensato (¿a quién se lo ocurre parar cuando todo está parado?).

Todo mal hace enero: el boleto del colectivo viene con aumento.

El calor y los mosquitos: el mismo infierno.

Los que se fueron están todos juntos en Papudo

(un cordobés acaba de sonreír al leer "Papudo").

Enero nos hace sentir ira, envidia, pereza, soberbia, lujuria, avaricia y todo lo hacemos con gula, pero como es enero somos libres de toda culpa.

Elton John canta "Todos los meses significan algo, pero enero es el mes que más importa".

Tendremos que tomar nota.