¿Empatía o comprensión?

El Prof. José Jorge Chade analiza un tema de alto contenido social.

José Jorge Chade
Presidente de la Fundación Bologna Mendoza

El adjetivo "empático" con el sustantivo del que deriva, "empatía", ha entrado en el habla cotidiana mucho más frecuente en estos últimos tiempos.

Son muchas las preguntas que podemos hacernos: ¿qué significa realmente "empatía"? ¿Es la empatía un don innato o se puede aprender, cultivar y entrenar? ¿Existe la posibilidad de definir un "lado" personal de empatía? ¿Es la empatía un rasgo positivo de la personalidad, es decir, un elemento que favorece la evolución o, más bien, una semilla de malestar? ¿O en realidad la empatía no existe y existe verdaderamente el poder de acercamiento en lo que respecta a comprender al otro? Nuevamente: ¿cuáles son los comportamientos observables que nos hacen apreciar la presencia de empatía en los demás o los estados mentales relacionados con la empatía que sentimos en nosotros mismos?

Empatía, como su equivalente alemán, Einfühlung, es una palabra compleja que debe usarse con precaución porque muy a menudo se usa de manera inapropiada, generando malentendidos y conduciendo a malentendidos. Simpatía, compasión, comprensión, participación son expresiones muy similares pero que tienen un significado decididamente más débil según algunos expertos en el tema.

La palabra empatía parece indicar algo más, algo más profundo, un "entrar" en los estados de ánimo de los demás, más que simplemente participar, y, según mi opinión lo que existe es la intención y la voluntad de intentar comprender a nuestro interlocutor.

Con Husserl, la empatía "viene a constituir el modo a través del cual el sujeto experimenta la existencia de otros sujetos", definiendo la palabra como un enigma doloroso.

Será su alumna Edith Stein quien le dará un nuevo significado, considerándolo ya no un enigma sino un problema. Nos encontramos ante un desafío mucho mayor: tomar conciencia de la alteridad indeleble que existe entre diferentes sujetos.

Comprender al otro "te pone en contacto con la emoción de otra persona, dolorosa o no, pero no es identificable con la participación emocional, compartir un afecto u otras formas particulares de comunicación con los demás. Es más bien la manera (...) de acceder a la persona entera del otro y por lo tanto representa la condición de posibilidad de los sentimientos de simpatía, amor, odio, piedad, compasión, así como las múltiples formas de comprender a los demás" que difiere de aquello "ponerse en el lugar de" como indicaba precedentemente.

De esta manera también Stein pretende aclarar "la esencia del acto que subyace a todas las formas a través de las cuales nos acercamos al otro". En este sentido se convierte en el elemento que indica el ámbito de la experiencia dentro del cual se dan las múltiples formas de sentir al otro, la amistad, el amor, la compasión, la atención, el cuidado y el respeto.

Podríamos considerar la empatía no como el ponerse en el lugar del otro, cosa que sería imposible de lograr, sino como ese movimiento que nos proyecta hacia el otro, para intentar comprender lo que el otro siente, tratando de experimentar esas mismas sensaciones con él con intensidad aun sabiendo que no es nuestro mundo; no tanto un movimiento de identificación absoluta sino más bien un acceso real a la realidad vivida del otro.

"Sería la comprensión emocional de la realidad de los sentimientos ajenos"

Pienso que no sería específicamente ponerse en el lugar del otro o ver el mundo a través de los ojos del otro, sería muy difícil, por no decir imposible, sino que es una cuestión de afectividad profunda, en la que estamos totalmente insertos e implicados. O sea, no sería como mirar a la otra persona desde afuera y por lo tanto como un objeto, sino que la reconocemos como sujeto de experiencia.

Comprender al otro tiene que ver con escuchar, que significa prestar la máxima atención a toda comunicación, incluido el lenguaje corporal, sin filtros ni prejuicios de ningún tipo; ser activos y participar en lo que nos dicen. Escuchar es una de las mejores técnicas que podemos utilizar para mostrar respeto y poder comprender a la otra persona.

Muchas personas parecen escuchar con lógica, estando más interesados en el "contenido" que en la "relación" y permanecen emocionalmente alejados de la conversación. En este nivel, se puede hacer creer erróneamente al hablante que es escuchado y comprendido. De hecho, los interlocutores fingen estar atentos pero, en realidad, piensan en otra cosa, emiten juicios, responden o aconsejan y preparan lo que quieren decir.

Escuchar significa intentar comprender a la otra persona. La esencia de escuchar no consiste en estar de acuerdo con una persona, sino en comprenderla plena y profundamente, tanto desde el punto de vista emocional como intelectual. La comprensión le ayudará a reconocer cualquier posición adoptada sin que ello implique aprobación. En efecto, aquellos dotados de carisma saben expresar con firmeza, pero con igual respeto posiciones diferentes a las suyas.

Para concluir dejo a Ustedes lectores la reflexión sobre si la empatía sería "ponerse en el lugar del otro" o "intentar comprender al otro".


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