Elecciones 2023: Clemente puede ganar
Sergio Bruni analiza el contexto electoral y realiza en esta nota una analogía entre el voto nulo por el personaje Clemente en 2001 y el voto válido por el candidato Javier Milei en la presente temporada electoral.
Nos encontramos en una situación crítica y urgente. En los próximos meses, se llevarán a cabo elecciones en un contexto de pobreza, inflación y desesperación creciente. Hace veintidós años, en la elección de octubre de 2001, muchos ciudadanos expresaron su descontento con una clase política que parecía preocupada solo por sus propios intereses. La bronca contra la "casta política", así bautizada en estos tiempos, por Javier Milei, llevó a votar por Clemente, un personaje absurdo que representaba la profunda frustración de muchísimos argentinos.
Fue la época del voto-castigo o del voto bronca.
El escenario político actual en Argentina muestra al oficialista Frente de Todos cargando en su mochila el fracaso de los últimos años. Además, se exhibe una fractura obscena entre "albertistas" y "cristinistas", dos bandos en el gobierno que confrontan todo el tiempo. Es como tener dos gobiernos en uno que no logran ponerse de acuerdo en uno de los puntos más asfixiantes de la vida de los argentinos: la inflación. Esta situación está generando una fortísima insatisfacción en la ciudadanía.
Por otro lado, la oposición representada por Juntos por el Cambio, no logra ofrecer cierta unidad que genere esperanza en el electorado. El discurso de Horacio Rodríguez Larreta y el de Patricia Bullrich por el PRO, y el de Gerardo Morales y Facundo Manes por el radicalismo, todos parte de la misma coalición, aparecen como expresiones políticas sustancialmente distintas, unidas solo por la oposición al gobierno y la defensa, con matices, de los valores republicanos. Estos aspectos no son suficientes para que los votantes adviertan que allí anida una auténtica coalición, como opción y esperanza de transformaciones para el futuro.
Juntos por el Cambio atraviesa una especie de divorcio que solo falta anunciarlo a los familiares, amigos y allegados que, han decidido separarse y transitar por caminos propios. Esta situación está alimentando el mal humor social y aumentando el voto bronca.
En la elección del 2001, el voto a "Clemente", inspirado en las viñetas del historietista Caloi, fue un gran protagonista. El propio creador, Carlos Loiseau (Caloi), consultado sobre por qué elegían a Clemente para votarlo, respondía: "Supongo que porque Clemente es un personaje absurdo (no es un animal ni un humano) y es una forma de responder con el absurdo al absurdo de la política actual". En aquellos años, la bronca popular alentaba a votar a Clemente por el solo hecho de no tener brazos y, por ende, no poder "meterlas en la lata".
En esa elección, el voto bronca o voto a Clemente obtuvo a nivel nacional el 21%, el justicialismo el 37% y la Alianza el 23%. En provincias como Río Negro, el ganador fue Clemente sobre el resto de la oferta electoral, o Santa Fe, donde logró el 40% de los sufragios. Fue uno de los momentos históricos de mayor desconexión entre ciudadanía y clase política, expresada, justamente, en el alto porcentaje de voto bronca.
Las propuestas de Milei, como el "plan económico motosierras" con el que sostiene que "vamos a llegar a ser potencia mundial en 35 años", o dejar todo en manos del sector privado para terminar con la corrupción, es decir, un "No Estado", o incluso la justificación de la venta de órganos como parte de la absoluta libertad de mercado, sumado a su propia estética personal y verbal, nada improvisada, están captando la atención del electorado harto de tantos fracasos y padecimientos.
Poco a poco, la ciudadanía va canalizando su bronca, depositando su preferencia por Javier Milei, quien, a diferencia de Clemente, es humano, tiene brazos y piernas, piensa y sabe que, sus expresiones que comenzaron a atraer al electorado más joven, la franja etaria que hoy está pensando en votarlo, ya superó los cuarenta años en las últimas mediciones nacionales.
Ante tanta política mirándose el ombligo y distante de los sufrimientos de los ciudadanos, no debiera sorprender que el libertario, Javier Milei, pueda ser el próximo presidente de la Nación.
EL AUTOR. Sergio Bruni. Analista político.