Miles de votos nulos y autoritarismo: una elección de fiscales amordazados y maltratados
El manual de capacitación sobre la Boleta Única que recibieron las autoridades de mesa derivó en un sinfín de discusiones con los fiscales. Un intento de mejorar la democracia que terminó muy mal.
La implementación de la Boleta Única de Papel trajo alivio a la hora de votar, ya que el trámite es mucho más rápido y simple para el elector, sin embargo, las dificultades a la hora del recuento de votos fueron infinitas y, en muchos casos, de un tenor antidemocrático apabullante.
Quienes tuvieron la tarea de ser fiscales generales o fiscales de mesa se llevaron la peor parte: muchos debieron enfrentar actitudes autoritarias por parte de los presidente de mesa que, tal como había pasado en las PASO de los 7 departamentos peronistas que votaron el 30 de abril, estaban muy mal preparados respecto a cómo debía hacerse el recuento de votos, e incluso en las funciones de los fiscales.
Una situación que se repitió en varias escuelas fue que los presidentes de mesa decidieron hacer el escrutinio a puertas cerradas e impedir la presencia de fiscales generales aduciendo que ya había fiscales de mesa y sin importar que todas las fuerzas políticas estuvieran presentes.
Esto dio lugar a muchas discusiones en las que hubo que explicar a los presidentes de mesa cuál es la tarea de un fiscal y cuál es la diferencia entre fiscales de mesa y generales. En varias oportunidades incluso fue recurrente la queja por parte de las autoridades de mesa de por qué los fiscales no habían estado durante toda la jornada en la escuela y aparecían para el escrutinio. Es decir, los presidentes de mesa no fueron capacitados sobre el rol de los fiscales con el nuevo sistema electoral.
Por el contrario, una parte del manual de capacitación, aseguraba que, una vez cerrado el comicio, el presidente debía " Desalojar a las personas que estén dentro del aula para dar comienzo al Escrutinio. Sólo podrán permanecer presidente y vicepresidente, los fiscales partidarios que hubiesen estado presentes en la mesa durante la jornada comicial y cuyos nombres y firmas estén asentados en el Acta de Apertura y Cierre y el Delegada/o Electoral, en su caso. No se permitirá la actuación simultánea de un fiscal por una lista y un fiscal general por la misma lista en una mesa de votación o escrutinio. Es decir, debe haber un solo fiscal de mesa o general por lista en la mesa". Esto dio lugar también a otra discusión: muchas autoridades no entendían que, al tratarse de una elección de internas, había fiscales por cada lista y no por cada frente, entonces decidieron dejar a uno solo de cada frente.
"Quien entra y quien no lo decido yo, que soy el presidente", fue una frase lamentablemente demasiado escuchada por los fiscales generales que, en muchos casos, debieron quedarse afuera del aula mientras se hacía el escrutinio, una falla que no se puede permitir en un sistema que pretende fortalecer el sistema democrático.
En este sentido, el manual de capacitación que recibieron las autoridades electorales es el principio de este error ya que dice que el presidente "ejerce la autoridad máxima de la mesa", y que los fiscales "no son autoridades de mesa, sino auxiliares de los comicios designados por los apoderados de las agrupaciones políticas, que deben fiscalizar el acto electoral y pueden formalizar los reclamos que estimen correspondientes". Si, justamente, el fiscal está para asegurar la integridad del comicio, decir que es simplemente un "auxiliar" le quita cualquier poder de reclamo y, aunque el manual dice que "pueden formalizar los reclamos", no dice que las autoridades de mesa deben responder al reclamo. De hecho, el manula dice que el presidente de mesa "Desempeña sus funciones con entera independencia, no obedeciendo orden alguna que entorpezca el ejercicio de las mismas y tiene la última palabra frente a cualquier controversia que pudiera surgir en la mesa a su cargo".
Votos anulados que eran válidos
Por otro lado, una vez que se les permitió a los fiscales generales ingresar para copiar los datos finales del escrutinio, nada pudieron hacer frente a la enorme cantidad de votos nulos que había en cada acta. En la mayoría de los casos, las boletas anuladas no tenían deficiencias como para invalidar la intención del elector.
Algunas de las razones por las que los presidentes anularon boletas fueron:
- Porque además de colocar la cruz en el casillero elegido, el elector tachó (con una cruz grande o una línea cruzada) las listas a las que no votaba.
- Porque en una misma lista marcó todos los casilleros (tanto el correspondiente a "lista completa" como al casillero de cada categoría).
- Porque votó sólo una categoría (por lo que corresponde contar esa categoría y poner como voto en blanco el resto de las mismas).
- Porque marcó "lista completa" en una lista corta y no votó el resto de las categorías.
Todas estas razones son equivocadas para anular el voto, ya que será válido el voto en el que "la voluntad del elector es clara e inequívoca sobre una lista concreta".
Otro de los errores de la capacitación a las autoridades de mesa, es que, en muchos casos, no permitieron a los fiscales recurrir los votos porque el manual dice que "Durante el desarrollo del escrutinio de la mesa, las Autoridades de Mesa no deberán ser interrumpidas ni molestadas, debiendo quedar garantizada su tranquilidad". Aunque despues aclara que, si algún fiscal cuestiona un voto, se debe consignar en un sobre y recurrir el mismo".
Finalmente, un dato que parece menor y que fue, también el causante de que un escrutinio de 230 boletas promedio, llevara más de dos horas y media: el manual dice que: "Los/las fiscales acreditados ante la mesa de sufragios tienen el derecho de examinar visualmente el contenido de la Boleta Única leída y las autoridades de mesa tienen la obligación de permitir el ejercicio de tal derecho, bajo su responsabilidad. Los fiscales partidarios no pueden bajo ningún concepto tocar la Boleta Única, solo se le permitirá ver las mismas a los efectos de realizar su control y fiscalización". El problema es que no se ve, el casillero es demasiado pequeño y una marca con birome es apenas visible en muchos casos. Solo con haber entregado fibrones, el recuento hubiera sido muchísimo más ágil.
El escrutinio provisorio arrojó más del 6% de los votos anulados en promedio. Luego de este análisis, y para asegurar que las próximas elecciones no tengan los mismos vicios, sería bueno que la Junta Electoral los revise y mejore la capacitación a las autoridades de mesa, quitándoles tanto autoritarismo y explicándoles que, en un proceso democrático, el fiscal no es simplemente un "auxiliar partidario" sino quien vela por la transparencia del acto eleccionario.