El teorema de Fontevecchia sobre Cornejo y el futuro del republicanismo
Otrora tratado como una figura pintoresca del interior del país, tal vez marginal y hasta molesta, el mandatario mendocino tiene su paso por el cénit político y Fontevecchia lo analizó probablemente con justicia práctica.
"Las elecciones en Mendoza, con la derrota de la candidata kirchnerista, demuestran que cuando el kirchnerismo asume su propia representación y el antikirchnerismo no es representado por Macri, el kirchnerismo pierde". La frase textual pertenece al empresario periodístico Jorge Fontevecchia y la plasmó en su columna de este fin de semana del diario Perfil.
Ese medio, como muchos otros, le otorgaron un protagonismo negado con anterioridad al gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo.
Otrora tratado como una figura pintoresca del interior del país, tal vez marginal y hasta molesta para las usinas de opinión del Pro y la Casa Rosada, el mandatario mendocino que concluye su mandato triunfante, entregándole los atributos gubernativos a un candidato de su misma fuerza, Rodolfo Suarez, tiene su paso por el cénit político y Fontevecchia lo analizó probablemente con justicia práctica.
Cornejo se ha mostrado rompiendo los esquemas tradicionales de la especulación política. Su sinceridad apabullante -hacia adentro y hacia afuera- le jugó en contra durante el reinado de Macri y Marcos Peña, pero parece estar recibiendo los frutos político electorales de aquella siembra.
Por ejemplo, siempre dijo que no estaba capacitado para ser candidato a la presidencia, cosa que no muchos dirigentes argentinos serían capaces de aceptar. Y lo acaba de hacer una y mil veces en las reiteradas entrevistas con medios nacionales, desconcertando a todos.
Con ello, no cierra las puertas, sino que las abre. Con otros métodos, de otra forma, de manera diferente a la tradición política que funcionaba traccionando a fuerza de bravuconadas y exageraciones.
Cornejo insiste en que "me falta llegada a sectores de poder" y lo que está diciendo es que preferiría controlarlos, y no ser controlados por ellos. "Me preparé para ser gobernador, pero todavía no lo estoy para ser presidente", ha insistido. Además, necesita un partido consolidado y vivo, fuerte, capaz. Que haga lo que él se autoimpone.
Cornejo le vino bien a Fontevecchia para plantear una forma de mirar el panorama electoral, como no lo ha sabido hacer, en todo caso, el laboratorio de Jaime Durán Barba.