Imaginando la economía en 2024
El país tiene altas chances de salir adelante por la sencilla razón de que el ajuste será inevitable, como en 1991 y 2002. Un ajuste bien hecho en 2024 permitirá crecer sustentablemente a partir de 2025. Escribe Sebastián Laza.
El país ya no resiste más la demagogia económica, estamos ante el fin del kirchnerismo. Con suerte, este gobierno intentará llegar a fin de año sin una explosión macro, algo que todavía no lo tiene seguro, pero con una marcada desmejora en los indicadores económicos y sociales.
De esta forma, para lo que queda del año, el escenario más probable sigue siendo el de un gobierno de Alberto Fernández evitando la devaluación brusca, y uno posterior, de signo contrario (Juntos por el Cambio y/o Milei), haciendo un fuerte ajuste cambiario y fiscal para liberar el cepo y empezar a estabilizar. O sea, el actual gobierno continuaría con el crawling peg (minidevaluaciones), pero más acelerado (lo pide el FMI), para evitar un atraso mayor del tipo de cambio real (el que mide la competitividad cambiaria de los exportadores), seguido inmediatamente, a partir de diciembre de 2023, por un fuerte ajuste en los precios relativos: tipo de cambio oficial y precios de los servicios públicos. Por supuesto que este ajuste es inflacionario y en parte recesivo, es el costo a pagar de la demagogia K.
Adicionalmente, se sigue viendo con mayor probabilidad que el cambio de signo de gobierno no incluirá ni una dolarización ni una convertibilidad con canasta de monedas, inclusive si llegara a ganar Milei, ya que no hay dólares en el BCRA, y conseguirlos en el mercado hoy es prohibitivo, por el elevadísimo riesgo-país. Quizás Milei, de ganar, intente una dolarización a partir de 2025 o 2026, una vez recuperada la balanza comercial, pero hoy es imposible; Juntos por el Cambio no irá de ninguna manera por la dolarización, no lo ve necesario.
Hacia un dólar de entre $800 y $1000 para liberar el cepo
De esta manera, para 2024 se espera que, dado el ajuste fiscal y cambiario que hay que hacer, inevitable repito, el PBI caiga algunos puntos en el promedio anual, pero creciendo a partir del segundo semestre, dado el cambio de expectativas que llevará a mejoras en la inversión y las exportaciones. Lo que va a ser fundamental es que el nuevo presidente le comunique con mucha claridad a la sociedad el sacrificio fuerte de los primeros 6 meses de su gobierno, ya que después los frutos se empezarán a ver, de a poco, ya que así son los ciclos económicos, como ya vimos en las salidas argentinas post 1991 (Menem) y post 2002 (Duhalde-Kirchner); después del ajuste duro, pero bien hecho, la macro se recupera, permitiendo crecer varios años.
En 2024, la inflación anual terminará aún más alta que este año, superando el 200% anual, debido a los ya mencionados severos ajustes de precios relativos para lograr el equilibrio fiscal y el de las cuentas externas. De hecho, en el primer trimestre del año que viene probablemente veremos un dólar oficial en $1.000, para recuperar la competitividad cambiaria, condición fundamental para volver a crecer. Posterior al ajuste, en 2025 la inflación va a ir bajando, por las ventajas de la mayor inversión y de una economía con importaciones normalizadas. Es decir, el nuevo gobierno deberá comunicar muy claramente los costos de sincerar y estabilizar: recesión los primeros 6 meses, inflación alta todo el 1er año, evitando caer en los errores comunicativos del ex presidente Macri. El nuevo presidente deberá tener mucho temple y coraje: el primer año será complejo desde lo social, pero inevitable.
En síntesis, el escenario de mayor probabilidad hoy es compatible con un desmejoramiento muy pronunciado de la macro en el 2do semestre de 2023 (estanflación pronunciada), con niveles de inflación mensual que llevarán el anualizado a por lo menos 150%, poniendo la situación social al límite (pobreza, indigencia). En 2024 el ajuste del nuevo gobierno deberá ser muy fuerte (en el 1er semestre) si se quiere estabilizar la economía en serio, para que luego empiece un crecimiento lento pero sustentable a partir del 2do semestre de dicho año. Es la única manera de que el país vuelva a crecer de manera sustentable luego de tantos años de demagogia K.