Padres que inspiran

En su "columna liquida", la escritora Marcela Muñoz Pan dedica un brindis por los padres en su día.

Marcela Muñoz Pan

Tener un padre que nos da la vida es una infinita gracia y si ese padre nos inspira a vivenciar nuestro andar de la mano del arte, de la sensibilidad en las cosas simples de la vida, la pasión en cada oficio, cada profesión, es una sublime celebración.

Tener un padre mendocino que nos invita a amar la cultura del vino con sus nobles manos que enseñan cómo ir preparando esta tierra bendita de viñas por doquier dándonos esos vinos que sí conocemos y aquellos que aún no, es sentirse elegida por los dioses comprendiendo que la riqueza si no viene acompañada de los soles vividos, la menta para el mate, los tomates dibujando corazones rojos en la tierra, la cola de caballo para los riñones, las andanzas en moto por las avenidas sin asfaltar, con el tilo y la manzanilla que curaba mi tos, la jarilla para el fuego de un buen asado, las historias azules contadas mil veces y mil veces quiero seguir escuchándolas. 

Un padre arriero del siglo XX, que trae consigo el caudal infinito de la sabiduría.

Foto de Rosmarie Derimais serie Bendiciones 2020, fotografía tomada en el Templo del Vino San Martín, Mendoza.

Foto de Rosmarie Derimais serie Bendiciones 2020, fotografía tomada en el Templo del Vino San Martín, Mendoza.

Los padres que inspiran dejan que los años signos sigan dándole alegría a la infancia arbolada, a la adolescencia gloriosa compartiendo la aproximación de la juventud que va marcando ese camino del que no se puede volver; amar lo simple, lo cotidiano que nos hace trascendentales con su amor.

He sido afortunada de tener un padre inspirador y quiero compartir en este día algunos poemas para él, mi padre.

Padre Mío

Padre mío ojalá puedas

seguir viendo belleza

en la orilla de un parral

o en el dolor

de los huesos plumas

Ojalá sigas siendo fiel

al fuego de retroceder

las ilusiones

nutriendo los dedos

alegrando el futuro

porque estás conmigo

Sonrisas para vos

Una sonrisa que llegue

a tus altos ojos Padre

y se rinda la desesperanza

en la ciudad descalza de agua

en los vinos vírgenes

te regalo una sonrisa

que vaya desde los mares

hasta las infancias celestiales

conjurando el infinito

Siempre

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