Deudores UVA: jódanse por creerle a un presidente

Esta semana desde el Gobierno anunciaron la solución "perfecta" para los deudores de hipotecarios en Unidad de Valor Adquisitivo. Lejos de ser lo que los tenedores de los créditos esperaban, es un parche más. Lo peor, es que desde la militancia la respuesta es que se jodan por creerle a Macri. No tenemos remedio.

La política puede ser la herramienta para avanzar hacia una sociedad más justa y con oportunidades. Sin embargo, cuando se utiliza sólo para el beneficio propio o del colectivo al que se pertenece, se refleja también toda la miseria humana.

Después de que el ministro Jorge Ferraresi anunciara que encontró la solución "perfecta" para los deudores de créditos hipotecarios UVA -los cuales han sido abandonados por el Gobierno- la sensación de los tenedores de los préstamos es que una vez más el Ejecutivo busca la manera de no hacerse cargo del tema.

Aunque no lo dicen ellos, sí lo dice la militancia en las redes. La respuesta es "jódanse por haberle creído a Macri". Pareciera que -sin decirlo públicamente porque no es protocolar- íntimamente es el pensamiento de la administración de Alberto Fernández, la cual evitó desde que asumió hacerse cargo de una cuestión que afecta "sólo" a 100 mil personas, como si no fueran parte del país que debe dirigir.

En medio de esa discusión, la miseria aparece en los niveles que defienden a brazo partido todo lo que diga el partido, la militancia ciega. Si Ferraresi dijo que era la solución perfecta, para ellos es perfecta y el que está equivocado es el que hace un reclamo por una solución eficiente y real.

La respuesta es "jódanse por creerle", como si las familias que tomaron los créditos fueran todos votantes de Macri, porque no lo eran o quizás sí, pero no tiene que ser un condicionante de nada. Son personas que encontraron una oportunidad en un país en el que es imposible acceder a un crédito hipotecario porque no existen en el sistema, no hay una política de financiamiento abierta y se depende únicamente del Procrear y sus sorteos.

En ese instante se abrió una puerta y cien mil familias aprovecharon la oportunidad que nunca antes se había dado, porque el Procrear era y es, literalmente, una lotería.

Lo peor es que si vamos a criticar a una persona por creer en un presidente y le vamos a responder "jódanse", estamos mal como país. Te dicen que no podés creer en la investidura, porque cuando cambia el nombre que la utiliza el que viene se hace el distraído y selecciona los problemas de los que se quiere hacer cargo, está faltando a su labor. Cuando aceptó que Cristina lo pusiera de presidente, Fernández asumió todo lo que viene con el cargo. Todo el Estado es su responsabilidad durante cuatro años y no sólo lo que él elija.

Más preocupante es que el discurso sea "jódanse" si pensamos en las promesas que Alberto ya no cumplió. El stock de Leliq están por encima de los 3 billones de pesos y nunca desactivó ese método de financiamiento para que el dinero fuera a los jubilados, como prometió. Peor aún, Martín Guzmán seguirá consiguiendo dinero a base de Leliq, pases y los jubilados siguen postergados. No servía la fórmula de Macri y la Alberto menos. "Jódanse abuelos por creerle a Alberto", sería la respuesta lógica de un militante miserable.

Lo que nos dice la militancia cuando el discurso de respuesta a quienes buscan una solución es "jódanse", es que no tenemos que confiar en las administraciones políticas de la Argentina. Mala cuestión si lo que en realidad se debe hacer es generar las confianzas necesarias para que confiemos en el rumbo del país y así, entre otras cosas, encaminar la paupérrima situación económica.

Y por si no lo sabe, y para finalizar, la solución perfecta que ofreció Ferraresi es -en resumen- limitar el valor de las cuotas al 35% de los ingresos familiares. Una idea que ya escuchamos varias veces, pero que con matices distintos tratan de vender como la respuesta a los reclamos. En realidad es sólo un parche más que busca aplicar el Gobierno a la espera de que pase el tiempo. Íntimamente piensan, "ya vendrá otro que se ocupe". En dos años o en seis, pero mejor que se ocupe otro.


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