Llegó el día del desempate histórico en Mendoza
Lo bueno y lo malo, las mañas versus la gestión, se ponen en juego en una jornada que es crucial, siempre, y requiere de la atención de todos para no arrepentirse después. La picardía y la rosca compiten contra la capacidad de gestionar al Estado, con cinco opciones en danza.
La democracia le cobró con fuerza a su otrora tradicional Partido Demócrata que haya agarrado para sí todos los cargos disponibles durante la última dictadura. Nunca más ganó una gobernación desde 1983 en adelante, ni alguna de sus "crías" que saltaron a otros partidos pudieron hacerlo, aunque se disfrazaran oportunamente de otra cosa.
El PD llevó en 1983 de candidato a gobernador a su máximo ícono histórico, Don Francisco Pancho Gabrielli. No resultó. Ganó el radical Santiago Felipe Llaver acompañado en la fórmula por José Genoud. Los demócratas, que hoy se sacan de encima el mote de "casta", aunque la representan cabalmente, ocuparon altísimos cargos en el gobierno militar. Inclusive Amadeo Frúgoli, un "ganso" de Junín, fue ministro de Defensa en la Guerra de Malvinas. Bonifacio Cejuela y Eliseo Vidart Villanueva asumieron como "gobernadores de facto" y cientos sino miles de dirigentes ocuparon ministerios, secretarías, direcciones y fueron intendentes. Muchos de los actuales dirigentes de la "casta anticasta" consiguieron un acomodo en el Estado gracias a ello y se jubilaron o están en proceso de hacerlo.
En gran parte de estos 40 años, la política de Mendoza le dio nombres al país de relevancia, buenos, mediocres y malos, pero generó materia gris de nivel competitivo.
Y en lo sucesivo, desde aquel 30 de octubre en adelante, hubo 5 gobernadores de origen radical (Llaver, Iglesias, Cobos, Cornejo y Suarez) y 5 de origen en el Partido Justicialista (Bordón, Gabrielli, Lafalla, Jaque y Pérez).
Hay que reconocer que los experimentos políticos en torno a "terceras fuerzas" no solo fracasaron electoralmente hasta ahora, sino que en lugar de renovar la política, hallaron un atajo hacia sus peores prácticas y mañas, y sucumbieron.
Allí están las experiencias fallidas de FISCAL, PIM, Protectora o Vamos Mendocinos!, entre otras.
Este domingo Mendoza va a desempatar. Se elige al undécimo gobernador en 40 años y se cruzan a la hora de concurrir a emitir el sufragio miles de evocaciones personales, aunque cada vez con menos peso de la historia, que es superada por la instantaneidad visual que prima y lo tapa todo en estos días.
Quien gane -aunque sea por un voto- deberá ejercer la gobernación con el reto de hacerlo bien, sin borrar con el codo lo que otros escribieron con el pulso guiado por el electorado: lo bueno debe ser consolidado, lo quieto empujado a moverse y lo malo, erradicado, tal vez con más ánimo y decisión que hasta ahora.
Resulta curioso que en esta jornada de desempate histórico, 40 años después, todavía haya denuncias por intentos de compra de votos, como se ha denunciado en varios municipios. ¿Será que la Justicia actuará con firmeza y hasta podrá detener in fraganti a algún intendente o candidato a sucederlo?
Herméticos y endogámicos: los "hakas" de cierre de campañas
Lo bueno y lo malo, las mañas versus la gestión, se ponen en juego en una jornada que es crucial, siempre, y requiere de la atención de todos para no arrepentirse después. La picardía y la rosca compiten contra la capacidad de gestionar al Estado, con cinco opciones en danza.
Esta noche sabremos por dónde fue la opinión mayoritaria de mendocinos y mendocinas.