El desastre educacional argentino
El Dr. Eduardo Da Viá, reconocido exdocente universitario, analiza y proyecta soluciones en torno a un sistema educativo que califica como "un desastre". Al final, da una conclusión simple y trascendente.
Afortunadamente y a pesar de los embates sufridos a través de mi ya larga vida, la capacidad de asombro aun tolera disparates como los puestos de manifiesto en el del extenso artículo publicado en Infobae el 23 del corriente y escrito por Alfredo Dillon.
Es un escrito meduloso en el que se describe en detalle el oprobioso fracaso de la educación en Argentina, al revelar que las pruebas PISA del 2022, revelaron que los alumnos de 15 años pertenecientes al cuartil socio económico superior, tienen un 32% que no llegan al nivel mínimo de comprensión lectora.
Entre otras críticas al artículo está que recién después de 2 años de haberse tomado la prueba, nos enteramos de este desastre.
PISA es el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés: Programme for International Student Assessment) es un estudio llevado a cabo por la OCDE a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los estudiantes en matemáticas, ciencia y lectura.
OCDE es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico4 (OCDE; en inglés, Organisation for Economic Co-operation and Development, OECD; en francés, Organisation de Coopération et de Développement Économiques, OCDE) es un organismo de cooperación internacional compuesto por 38 Estados, cuyo objetivo es coordinar sus políticas económicas y sociales. La OCDE fue fundada en 1961 y su sede central se encuentra en el Château de la Muette en París (Francia). Los idiomas oficiales de la entidad son el francés y el inglés.
De la comparación entre países latinoamericanos también surge que el puntaje del estrato más pobre (cuartil 1) de Chile es más alto que el de los jóvenes más favorecidos (cuartil 4) de República Dominicana, Guatemala y El Salvador. También es superior al de los cuartiles medios (2 y 3) de Argentina, Panamá, Paraguay, Colombia y Brasil.
"Los resultados de PISA señalan que en Argentina tenemos un problema de enseñanza a nivel sistémico, en todos los niveles socioeconómicos. Aquí no se salva nadie: ni los estudiantes de mayor poder adquisitivo están aprendiendo a pensar por sí mismos o desarrollando competencias para la vida", plantea Melina Furman, profesora de la Universidad de San Andrés e investigadora del Conicet.
Sandra Ziegler, investigadora de Flacso Argentina, coincide: "El sistema educativo presenta dificultades endémicas que exceden el origen socioeconómico de los alumnos. Si bien algunos actores suponen que la asistencia a determinadas escuelas permite estar indemnes ante los problemas educativos, el informe demuestra que los cuartiles más altos también están afectados en su rendimiento en el área de Lengua, y desmiente a los actores que señalan que sus hijos están preservados de los problemas que afectan a la educación en general".
A continuación el autor menciona principios de solución barajados por especialistas, que como dijera en otro de mis escritos al respecto, distan tanto de las aulas como de la Estación Orbital Internacional.
Me resulta comparable al acaso del cirujano que se encuentra en problemas en medio de una intervención, pide auxilio a su jefe, quien sin siquiera asomarse a la sala de operaciones y peor aún, por interpósita persona, le indica lo que debería hacer.
Me refiero a hablar de "fortalecer la alfabetización temprana"
¿Qué es eso?
O bien la expresión de Juan Cruz Perusia, investigador principal de Educación en CIPPEC, destaca la necesidad de poner el foco en "la gestión de las expectativas de los estudiantes y, más específicamente, poder apoyarlos en el desarrollo de una ?mentalidad de crecimiento', que reconozca que la inteligencia no es algo fijo sino que se puede mejorar con trabajo, y esto redunda en reducción del estrés asociado a la escuela y en mejores resultados académicos".
Entelequias ambas difíciles de comprender y más aún de poner en práctica por cuanto son meramente futuribles que ya debieron ser aplicados hace años cuando esto se detectó por primera vez-
Otra sorpresa mayúscula es que en ningún momento los especialistas hablan del papel fundamental e irremplazable de los padres, cuando es sabido que la escuela no es el suplemento de la educación hogareña sino simplemente el complemento de la misma. En ese cuartil superior es donde los niños son digitalizados precozmente por los padres, que hasta se vanaglorian del casi bebé que ya puede encontrar los juegos en la tableta a la vez que letra y palabra le son indiferentes para la víctima que ignora cuán diferente es el futuro que le espera sin solo sabe jugar con la virtualidad.
Además son miembros de familias adineradas que les proveen de toda la parafernalia hedonista a saber: patines y motos eléctricas, cuadriciclos a motor, auto, membresía en clubes deportivos, dinero en el bolsillo cuando no tarjetas de débito y/crédito.
Si a eso se le suma la falta casi absoluta de vigilancia de las conductas fuera del hogar, que incluye el acceso fácil, dinero de por medio al alcohol y las drogas.
Ignorancia de los lugares a los que concurre, y de las horas de regreso y el estado de conciencia en que lo hace.
Domingos: a dormir.
¿Leen los padres de hoy?
No, al menos no en la medida que sirva de ejemplo pasivo para los hijos.
La solución es mucho más sencilla, los niños y adolescentes necesitan padres y paestros.
Padres en función de guía, ejemplo y control.
Maestros con experiencia frente a las aulas, no especialistas de escritorio