Derechos logrados, derechos postergados
En el décimo aniversario de sancionada la Ley de Matrimonio Igualitario, la diputada Daniela García realiza un análisis del tiempo transcurrido y lo proyecta con lo que falta.
Hace 10 años Argentina dijo basta frente a un problema social, frente a la discriminación sobre unión entre parejas del mismo sexo. Una parte de la población quedaba fuera de la ley y desprotegida. Varios años se trabajó, militó, concientizó, para buscar una norma que permitiera el matrimonio entre personas "del mismo sexo" y fue el 15 de julio de 2010 el día que se logró. La Ley 26.618 , inició un proceso de inclusión, reconocimiento y ampliación de derechos para diversos grupos sociales. Fue nuestro país el primero en América Latina y el sexto en el mundo quien convirtiera en ley un derecho, que nos hizo más iguales.
Durante varios años la comunidad LGBTyQ, presentaron amparos, realizaron campañas tanto frente al Poder Legislativo como Judicial, para que se les igualara en un derecho. ¿Qué cambió en estos años?, cambió la mirada, se incluyó, se protegió , se apostó a una sociedad más igualitaria, se comprendió, pese a las resistencias de diversos sectores, que hay formas diferentes de vivir en la sociedad y esa construcción debe ser con derechos protegidos de forma justa e igualitaria.
Debemos preguntarnos como sociedad, qué nos falta aún, más allá de la ley de Matrimonio Igualitario o identidad de Género. Legalmente podríamos decir tal vez, que nos falta la ley de cupo trans para obtener un trabajo, o la Ley de Reparación Histórica a las personas que sufrieron violencia institucional y física. No cabe más que decir que socialmente estamos muy lejos de una verdadera igualdad.
De lo logrado por los colectivos y las colectivas, hoy hacemos eco. Iguales somos en derechos pero aún resta terminar con la discriminación, iguales somos ante la ley, pero queda camino por recorrer. La aplicación de ESI (educación sexual integral) y de la ley Micaela, debe ser ejecutada con responsabilidad en las escuelas y en el seno del estado como herramientas para llegar a ser libres e iguales, y así lograr al fin una sociedad que nos trate como tales.