Derechos perdidos: la libre circulación
Daniel Ariosto, presidente de la UCIM, sostiene en esta nota: "Está muy claro que esta imposibilidad de viajar no solo afecta al turismo sino además a los negocios dentro y fuera del país, con especial impacto en el comercio exterior".
En su artículo 22, la Constitución argentina dice: "Toda persona que se halle legalmente en el territorio de un Estado tiene derecho a circular por el mismo y a residir en él con sujeción a las disposiciones legales. Toda persona tiene derecho a salir libremente de cualquier país, inclusive del propio".
Es obvio que en los peores momentos de pandemia era sumamente lógico que se extremaran los cuidados para evitar la propagación del virus COVID-19. Con el paso del tiempo y el conocimiento de la enfermedad y la situación, los gobiernos del mundo fueron flexibilizando sus restricciones en cuanto a la circulación de las personas y volviendo a la denominada nueva normalidad, intentando el equilibrio entre salud y economía.
Como lo marcamos en infinidad de oportunidades, la pandemia en la Argentina, no hizo más que profundizar los problemas y tanto en la región como en el país, los temas y asuntos de trascendencia siguen peor que antes de marzo del 2020.
Un claro ejemplo de esto ha sido la desesperante situación del turismo y la falta de respuesta ante el pedido de abrir aeropuertos y volver a contar con la conectividad previa a la pandemia y que se perdió prácticamente, en su totalidad.
El vicepresidente para América de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Peter Cerda sostuvo que Argentina tenía en julio del 2019 "238 conexiones con el resto del mundo" y que actualmente las conexiones solamente alcanzan a 89, lo que refleja "la pérdida de conectividad que ha registrado el país, como consecuencia de medidas, no del todo acertadas, en lo que hace a la actividad aérea, frente a la pandemia".
Si bien IATA, entidad que congrega a más del 80% de las aerolíneas del mundo, reconoce que en las últimas semanas se ha registrado algún progreso camino a una mayor flexibilidad, la Argentina sigue moviéndose lentamente hacia una reapertura y hacia un horizonte claro para pasajeros y aerolíneas.
Los países que han adoptado un enfoque coordinado basado en riesgos para la gestión del control fronterizo han recuperado rutas. Mientras que, en Argentina, las pocas medidas adoptadas hasta ahora, están impactando en la conectividad del país con el mundo, evidenciando una reducción en sus pares de ciudades de junio a julio de 2021 de 107 a 89.
Por eso, IATA insistió en un comunicado, llamando al gobierno argentino a trabajar junto con la industria en elaborar "un plan de reanudación y reapertura, que sea claro y definido, con plazos específicos, que permitan reconectar al país de manera segura y catalizar los beneficios que genera una aviación activa y competitiva en el desarrollo social y económico de sus habitantes".
"Creemos que ya están dadas todas las condiciones para avanzar hacia una nueva normalidad, con la convicción de que es necesario y sobre todo posible, reactivar la economía, el turismo y las fuentes de trabajo, de forma segura y al mismo tiempo, lograr el reencuentro de las personas en un contexto en que deberemos aprender a convivir con el covid-19 y sus variantes, no sabemos hasta cuándo. Es hora de estimular la confianza mediante un plan claro que permita tanto a operadores como usuarios, la previsibilidad necesaria para programarse y así generar una reactivación sostenida de la aviación en beneficio de todos los argentinos", enfatizó Cerdá.
"Las personas necesitan volver a hacer uso de un servicio esencial de transporte aéreo, sin trabas o medidas que excedan lo realmente necesario para preservar la seguridad. Al entrar en la temporada de verano, necesitamos que la aviación comercial vuelva a ser viable para todos los argentinos. El país tiene que competir, tener precios razonables y dar los servicios esperados. De lo contrario, se seguirá poniendo en jaque la viabilidad de la operación y la conectividad aérea del país", agregó.
"Y en septiembre, con excepción de Argentina y Chile, el resto de los países de la región están prácticamente abiertos. Uruguay irá abriendo en el transcurso del mes. En Brasil se puede viajar. A nivel global y regional se están moviendo de una manera muy rápida. Los países enfrentan variantes, como el Delta, pero sobre todo en Europa y Norteamérica, no se están tomando medidas agresivas sobre ello. Hay medidas de bioseguridad, con protocolos que se van manteniendo y se van a mantener y esperemos que Argentina y Chile sigan por ese camino", remarcó.
Y añadió "la diferencia entre Chile y Argentina, es que con Argentina no hay ningún diálogo y con Chile mucho diálogo".
Sin dudas, va a ser muy complicado recuperar el sector, porque se ha perdido conectividad y cuando una ruta se levanta, es muy difícil volver a operarla. No es bueno para el mercado, no es bueno para Aerolíneas, no tener competencia, es necesario contar con alternativas para que así crezca la industria. "Necesitamos -dijo- tener previsibilidad, saber cómo podemos programar el futuro, saber sobre qué bases nos tenemos que apoyar para planificar. Una compañía aérea necesita previsibilidad para funcionar".
"Los países van a ir abriendo las fronteras a medida que vayan vacunando a su población. En todos los países de la región se va incrementando paulatinamente la conectividad, pero Argentina la va reduciendo", concluyó.
Está muy claro que esta imposibilidad de viajar no solo afecta al turismo sino además a los negocios dentro y fuera del país, con especial impacto en el comercio exterior: Solo para tener en cuenta "El transporte aéreo de mercaderías constituye sólo un 1% del comercio internacional mundial medido en toneladas, representando 35% del comercio exterior total medido en el valor de las mercaderías transportadas (Boeing 2014)", lo que habla a las claras que es el medio de transporte que despacha gran parte de mercaderías con valor agregado que producen los países y el impacto negativo en el flujo de divisas que eso genera, sumado al impacto en la actividad económica y productiva vinculada al comercio exterior, tanto a nivel exportaciones como importaciones; a la salud, en una situación sanitaria mundial sin precedentes que demanda la disponibilidad de conectividad para hacer más eficientes las esquemas de vacunación de los países y el abastecimiento de material sanitario proveniente del exterior.
Debemos destacar un asunto muy importante que marca un serio punto de inflexión y que aleja a la Argentina del resto del mundo: La movilidad de individuos y empresas que promueven negocios internacionales que requieren necesariamente, la presencialidad para realizar acuerdos y consensos en inversiones o futuros programas a realizar. Debe tenerse en cuenta también el encuentro con los seres queridos y una lista inagotable de actividades que desarrollamos los habitantes de este planeta.
Mientras, las empresas de estos rubros y otros, quiebran y los pobres argentinos, son más y más pobres.
No basta con ponerle billetes en el bolsillo a las clases medias o bajas, se trata de temas más estructurales, El país necesita controlar la enorme inflación, incentivar la productividad de empresarios para que puedan genera riqueza y empleos, necesitamos sacar a los pobres de esa condición con educación y mejores perspectivas de hacer un país productivo, que genere condiciones dignas a su población (crecimiento con trabajo inclusivo) y se sienten las bases de una vez por todas, para su despegue a nivel internacional.
Necesitamos que absolutamente todas las actividades puedan volver a funcionar y a crecer y sobre todo, que los dirigentes dejen sus peleas internas y su mirada de corto alcance y sepan lo que realmente pasa en Argentina y fundamentalmente, lo solucionen.