Más vacunas, más rumbo económico y más Democracia
"Funcionarios de los tres poderes, candidatos de todos los niveles, en sus manos más que nunca está nuestro futuro", destacó el presidente de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), autor de esta nota.
Indudablemente las consecuencias de la pandemia excedieron por muchísimo el ámbito de la salud. La sociedad mundial hoy es definitivamente otra. En nuestro país faltan 111.000 personas y en el mundo, 4 millones y medio, con toda la tragedia que esto significa para sus familias.
Las consecuencias educativas, económicas, culturales y sociales del encierro y las restricciones, recién van a empezar a conocerse y dimensionarse pero si está muy claro que el comportamiento de las personas ha cambiado en términos absolutos.
La situación provocada por la enfermedad, por su permanencia en el tiempo y su fluctuación, traducida en olas, por desconocida, no se puede enfrentar y sobrellevar sin errores, menores o mayores. Los gobiernos del mundo presentaron distintas soluciones a problemas similares y los resultados evidentemente, no fueron los mismos.
En este contexto Argentina va a enfrentar en los próximos meses un proceso electoral, con ciudadanos que no entendemos mucho lo que nos pasa, en un estado de inquietud, agresión, impotencia y hasta furia por lo que sucede.
Muchísimos argentinos de clase media que fueron expulsados de esa categoría. Pobres que ahora son más pobres. Empresas que tuvieron que cerrarse. Cientos de miles de empleos que se perdieron y seguramente, seguirán perdiéndose y una economía que no crece a los niveles esperados y que parece no tener rumbo.
Los jóvenes y niños no quedan fuera de esta situación. Encerrados por mucho tiempo, sin poder acceder a la educación o a la vida social tan determinante para ellos, se encuentran sufriendo un notable desequilibrio emocional y en la conducta. Todos hemos cambiado y no sabemos todavía, en qué medida.
El fin del camino, por lo que plantean los especialistas, no está próximo. De hecho la Argentina está más cerca de enfrentar la tercera ola con la variante Delta que amenaza con circular comunitariamente, con las consecuencias que puede traer dado su particularidad de ser muy contagiosa.
Las autoridades nacionales han propuesto objetivos que, por ineficacia o falta de recursos, no han sido cumplidos y que son vitales para no volver a atravesar situaciones angustiantes desde el punto de vista sanitario.
Necesitamos tener al menos dos dosis, la gran parte de la población, para no terminar en unidades de terapia intensivas o muriendo ante esta agresiva enfermedad y la verdad es que menos de un tercio de la población recibió dos dosis, por lo cual no contamos con la defensa necesaria para enfrentar lo que se viene.
Esquemas incompletos, gran parte de la población que no ha sido inmunizada, pocos testeos, gente con angustia y miedo, familias rotas, incertidumbre económica, permanente amenaza de encierros, imposibilidad de circular, etc no parecen ser un buen ambiente para elecciones.
Miedo al contagio, apatía por la falta de respuesta de la clase política, enojo por la ausencia de soluciones a los principales problemas que sufre la población, sin empatía ante la difícil situación del empresariado y una innumerable lista de conflictos sociales, son una fotografía de lo que están viviendo los argentinos, en la segunda mitad del 2021.
De todas formas los ciudadanos debemos concurrir a las urnas no solo porque es una obligación sino ante todo, un derecho. La participación y el compromiso ciudadano deben demostrarse en las urnas pero no terminar ahí. Informarnos de las propuestas si las hay, exigirlas si no existen, informarnos y elegir. Ejercer un control de los funcionarios y la interacción con ellos son acciones que debemos continuar el resto del año.
Que esta pandemia no nos haga olvidar que la Democracia está por sobre cualquier coyuntura y que no es un bien dado sino que debe construirse en nuestro accionar cotidiano.
Los ciudadanos y empresarios, la gente común, sabemos qué hacer: seguir cuidándonos y trabajar sin cansancio para salir adelante.
Funcionarios de los tres poderes, candidatos de todos los niveles, en sus manos más que nunca está nuestro futuro. Honren su compromiso y función y hoy más que nunca, deben servir a sus representados con capacidad, buenas intenciones, ética indiscutible y sin trampas.
El destino de nuestro país, hoy más que nunca, así lo exige.
Daniel Ariosto
Presidente de UCIM