Consultas médicas: un sistema reformado de hecho, con el paciente en desventaja

Lo que se inició como un tira y afloja entre médicos y obras sociales decantó en un sistema donde todos parecen cómodos, mientras el paciente es estrujado.

Desde junio vuelve a aumentar el valor que deben pagar los mendocinos por las consultas médicas. Ya perdimos la cuenta de la cantidad de veces que subió el mal llamado "copago", que surgió en septiembre del año 2023, cuando los profesionales médicos iniciaron un conflicto con las prepagas, obras sociales y entidades de salud con las que tienen convenios de atención. 

Ahora, tras el último anuncio de aumento, me pregunté cómo siguen las negociaciones entre médicos y las entidades de salud. Para mi sorpresa, me encuentro como respuesta que no hay negociaciones. O sea, había un problema entre dos partes y en el medio estábamos los pacientes, pero se instaló una reforma del sistema en la que dos partes, médicos y entidades, definieron que -en la disputa que tenían- lo mejor para todos (ellos) era que pagara el paciente.

Cuando uno decide contratar una prepaga u obra social (la mejor que podíamos pagar), siempre lo hace pensando tener un gastos de salud que incluya consultas y un abanico de estudios sin costo o, en su defecto, tener que hacer algún tipo de "copago", pero ya definido previamente en una cartilla.

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Sin embargo, eso cambió a partir de un conflicto en el que nosotros, los pacientes, no teníamos nada que ver. A pesar de eso, terminamos pagando los platos rotos y ahora estamos en un nuevo sistema, el cual no elegimos, y que se instaló de "prepo". Ahora, está normalizado que le paguemos a la entidad de salud y, además, a los profesionales que consultamos, como si fuera algo que surgió de un proceso de reforma o de un acuerdo entre partes.

No importa el nombre del organismo representativo de los médicos que define los aumentos. Tampoco el de la entidad de salud que no quiso pagar más a los profesionales. Tampoco importa si el pago de la consulta aumentó por IPC, porque nadie nos preguntó si queríamos esto y simplemente nos instalaron como solución de un conflicto que no era nuestro. Ese era un problema en el que nosotros (los pacientes) no teníamos nada que ver, pero que terminamos absorbiendo completamente. 

Desde mi punto de vista, todos parecen muy cómodos con este nuevo sistema, por lo que no veo intenciones de cambiar la situación. Espero equivocarme y enterarme que, silenciosamente, siguen las negociaciones para resolver el conflicto inicial y volver a la normalidad del paciente. Sin embargo, surgen preguntas. ¿Cómo sigue esto? ¿Hay intención de volver a la normalidad del servicio que contratamos? No sé si estoy equivocado y acá pasa algo que no vimos, pero lo que yo entendí es que este era un conflicto entre dos partes, pero que se terminó resolviendo por la carga de los problemas a un tercero que debería ser el "beneficiario".

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