La Argentina que nos merecemos
La Argentina que puede venir y la que queremos que venga. Tres líneas de análisis de Mauricio Castillo.
Pasado el balotaje, y con un resultado cierto, ya tenemos una buena señal de lo que tendremos en adelante, al menos estos cuatro años a partir de diciembre, en nuestro país.
Es importante destacar la voluntad popular fijando un límite a la corrupción, a una realidad económica que parece sin solución, y con una Institucionalidad soslayada por la naturalización de liviandades en prácticas socioculturales y políticas.
Para tratar de analizar cada uno de los ejes que puede afectarnos, para bien o, no sé si decir mal, por que lo valorativo de este calificativo nos hace retroceder varios casilleros en nuestra vida social como argentinos. Inicio con el tema principal: la Sra. Corrupción, término originado desde la misma existencia de la humanidad.
Estamos ante un cambio de paradigma, estoy seguro, con nuevos gobernantes, que tendrán la misión de dar un cambio de rumbo, no sólo económico sino cultural; para ello en plena transición, se mediatiza información sensible, sobre lo actuado hasta ahora por los actuales gobernantes, como los anteriores: la "casta" política, publicándose números de montos de dineros exorbitantes en el gasto público, hasta el escándalo, como viene funcionando de manera deficitaria y discrecional los medios de comunicación oficiales como la TV Pública, la Agencia Télam, Radio Nacional y otros; esto va mucho más allá, organismos que representan una herramienta al servicio del Estado, y que son solo una mínima porción que hoy son los distintos estamentos del gobierno nacional y representan el abuso indiscriminado de fondos públicos, prueba real de corrupción "desmedida".
Pincelando con la cuestión cultural, es ineludible abordar la idea o concepción del Estado, conformado por tres elementos: gobierno, pueblo; dos componentes fundamentales, que, sumado al territorio; este último subordinado al poder de los dos primeros de manera equilibrada, otorgan, a mi entender la identidad a nuestra Nación insertada en un mundo cada vez más globalizado.
Hasta el momento veníamos disfrutando o padeciendo un Estado protector, paternalista, y sin pecar de demasiado extremista, hasta con un rasgo parecido a un régimen comunista; el trillado término "populista", a lo que nos fuimos acostumbrando y viviendo como algo que nos afectaba, pero nos conformábamos, y hasta nos identificábamos, sin aceptarlo, hasta que encontráramos a alguien que saliera de la matrix, y propusiera un cambio. ¿Entendemos que tipo de Estado se avecina?
Vamos a lo institucional, la Constitución Nacional representa y le otorga a nuestra Argentina, la institucionalidad a nuestro sistema jurídico; características y cualidades de cara al mundo, como seguridad jurídica, credibilidad, independencia, soberanía, y fundamentalmente una "identidad", juntamente con otros elementos como lo son los símbolos y el Estado mismo.
Pensar en lo "institucional" es buscar significados, respuestas sobre lo que se gestó desde el kirchnerismo, la grieta entre lo "público" y lo "privado", algo que también tuvo que ver el "populismo" como una emergente ideología o concepción para llevar adelante políticas públicas que se disfrazaban de justicia social, igualdad y equidad, utilizados por quienes obtuvieron privilegios, y se diferenciaron estando lejos de estos estandartes que enarbolaban y proclamaban desde sus lugares ficticios de servidores públicos.
Triste conclusión la de un gobierno, que a través de su capacidad de engaño, subordino no solo al territorio sino también al pueblo, y pasamos a una especie de ridículo mundial a un País que en algún momento fue un modelo a seguir.
Creo y siento que los cambios son necesarios cuando se agotan las ganas de continuar en un estado que se obtienen los mismos resultados, o bien cuando algo nos afecta y nos hace daño y nos damos cuenta de ello.
Es extenso un análisis profundo sobre estas tres aristas que elegí para abordar y tratar de iniciar una prospección que permita dar cercanía a una interpretación y conclusión sobre la Argentina que puede venir y que quizás pueda ser la que nos merecemos.