Amenazas narco, resiliencia criminal y el desafío al Estado
El criminólogo Eduardo Muñoz analiza que significa la amenaza de narcocriminales contra Bullrich y Pullaro.
El narcotráfico en Rosario ha alcanzado dimensiones críticas, desbordando las fronteras de la ciudad y afectando la seguridad y estabilidad de todo el país.
Las amenazas recibidas por figuras políticas como Patricia Bullrich y Maximiliano Pullaro son un claro reflejo de la violencia explícita y el desafío directo que las organizaciones criminales imponen al Estado.
¿Cómo responden estas bandas al accionar estatal y qué factores les permiten mantenerse operativas, incluso frente a las medidas de seguridad implementadas?
¿Qué factores sustentan su resiliencia criminal en un entorno de constante confrontación con las fuerzas de seguridad?
Amenazas narco a Bullrich y Pullaro: el desafío al Estado
En un contexto de creciente inseguridad, el narcotráfico en Rosario ha adoptado un tono cada vez más agresivo.
Un video difundido por un grupo no identificado amenazó de muerte a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y al pueblo argentino.
La grabación, que muestra a individuos armados con subfusiles, pistolas y una escopeta, acusa a las autoridades de corrupción y de causar muertes inocentes. Este acto de violencia tiene un doble objetivo: sembrar el miedo entre la población y desafiar la autoridad estatal.
El mensaje es claro: las organizaciones criminales están dispuestas a extender su influencia más allá de Rosario, advirtiendo sobre la posibilidad de "dejar muertos en Buenos Aires".
Este tipo de amenazas no solo busca intimidar, sino también generar una sensación de ingobernabilidad. Al mismo tiempo, evidencian la falta de control territorial por parte del Estado en ciertas regiones del país, lo que refuerza la resiliencia de estas bandas.
La resiliencia criminal en Rosario: supervivencia y adaptación
Las organizaciones criminales en Rosario, como parte de su naturaleza resiliente, se adaptan continuamente a las estrategias implementadas por el Estado.
Esta resiliencia criminal se asemeja a un organismo vivo que, a pesar de sufrir golpes (como operativos policiales o cambios en sus líderes), es capaz de regenerarse rápidamente.
La cohesión interna, la lealtad entre sus miembros y la capacidad de diversificar sus actividades y relaciones externas les permite mantenerse operativas a pesar de las presiones externas.
Las bandas narco de Rosario no solo sobreviven a las acciones punitivas del Estado, sino que a menudo emergen fortalecidas. El desmantelamiento de una estructura no implica el fin de la organización, sino más bien su reconfiguración.
Nuevas alianzas, un flujo constante de nuevos miembros y una capacidad para adaptarse a nuevas tecnologías y formas de organización permiten a estas bandas seguir operando con eficacia, manteniendo su control sobre áreas clave del narcotráfico en el país.
Implicancias políticas y sociales: el impacto en la gobernabilidad
Las amenazas narco y la resiliencia de estas organizaciones tienen un impacto profundo en la política de seguridad pública en Argentina.
Primero, crean un clima de incertidumbre e inseguridad que afecta directamente la gobernabilidad, ya que los ciudadanos comienzan a dudar de la capacidad del Estado para protegerlos.
Además, las figuras políticas amenazadas, como Bullrich y Pullaro, se ven en la necesidad de reforzar su imagen de firmeza y control, lo que a menudo implica la implementación de políticas de mano dura que pueden no abordar las causas estructurales del narcotráfico.
A nivel social, estas amenazas exacerban la desconfianza en las instituciones y alimentan el ciclo de violencia, ya que los jóvenes, muchas veces sin oportunidades, son cooptados por las bandas narco.
Las políticas sociales que intentan disminuir la criminalización de estos sectores vulnerables entran en tensión con la necesidad de una respuesta contundente contra el crimen organizado, creando un dilema difícil de resolver para los responsables políticos.
Un camino complejo, ¿es hora de ampliar el enfoque?
El narcotráfico en Rosario es un fenómeno complejo que pone en evidencia las limitaciones del Estado frente a organizaciones criminales cada vez más resilientes.
La violencia simbólica de las amenazas narco, junto con la capacidad de regeneración de estas bandas, crea un panorama desafiante para las políticas de seguridad.
El Estado debe incorporar un enfoque integral que combine prevención, intervención y represión, reconociendo que el narcotráfico es un fenómeno multidimensional que requiere una respuesta igualmente compleja.
La colaboración entre las fuerzas de seguridad, la sociedad civil y los gobiernos locales y nacionales será clave para superar este desafío.