El drama de alquilar, versión 2023
La reconocida corredora pública inmobiliaria Fanny Cruz desnuda el drama de los alquileres, que hoy mantiene afectados a todos los componentes de la relación y que no avizora una solución de parte de la política.
Verdaderamente, asistimos a uno de los peores escenarios que como profesionales y desde el punto de vista humano y social nos haya tocado vivir. Voy a hablar en primera persona del tema:
Como nunca, me he tenido que enfrentar a la disyuntiva de "seleccionar" a quién le alquilamos una vivienda, partiendo de la base de que todos los candidatos reúnen los requisitos.
La situación es que hay tan poca oferta. O, para ponerlo en otros términos, la demanda supera amplísimamente a la oferta. Y en este punto debo confesar me he llegado a plantear una especie de dilema moral: ¿quién soy yo para decir: "a vos sí" y "a vos no"?
Partamos de la tan vapuleada Ley de Alquileres: todas las voces se sumaron para criticar y ponerse de acuerdo en que no era viable para este contexto inflacionario, pero nuestros legisladores no contemplan como prioritario su tratamiento en sus agendas, ya que aún sigue sin modificación.
Una ley que obliga a mantener el valor del alquiler fijo por doce meses con un índice de inflación como el actual lógicamente termina desinteresando al propietario que si no tiene necesidad extrema, prefiere volcarla a la venta. O la otra alternativa moda por estos tiempos: el alquiler para turistas por plataformas, es claramente mucho más rentable, y se cobra en dólares.
Pero vayamos describiendo este calvario paso por paso.
Una vez que la actualización anual se produce, aún sigue estando por debajo de la inflación acumulada, por lo que el propietario sigue perdiendo, sin contar los gastos de mantenimiento de la propiedad.
Ante esto, ¿cómo pretende cubrirse? Aumentando el valor de partida de la locación, incluso por encima de los índices aconsejados. No es que sea el malo de la película necesita preservar lo suyo.
¿Y qué pasa entonces con el ya sufrido inquilino? ¿Cómo asume un 85% de aumento? ¿Cuánto le aumentó a él su ingreso en un año? La alternativa es tratar de quedarse y pagar ese canon a cómo de lugar, con sudor y lágrimas, o irse a algo de menores prestaciones para su grupo familiar.
Debo decir que a veces asistimos a cuadros de situaciones dramáticos.
Todos somos víctimas. Y lo somos de un sistema perverso, que castiga al inversor y contrariamente a lo que se preveía castiga aún más al locatario.
Sin crédito no es viable.
Sin crédito nada es viable.
¿Cómo van a acceder a su primera vivienda los jóvenes profesionales calificados y con buenos ingresos, que desde ya serían sujetos de crédito? Es imposible, a no ser que los padres los auxilien o tengan la suerte de heredar. ¿Cómo vamos a descomprimir esta monstruosa demanda? ¿Cómo le vamos a hacer frente al déficit habitacional?
Desesperadamente necesitamos crédito y condiciones estructurales que permitan el acceso al mismo.
Hay un riesgo incalculado. Los mismos que cranearon este desacierto son los responsables de que las partes busquen formas de sortear los famosos tres años de contrato o los doce meses de congelamiento del cánon.
Se trata de encontrar paliativos en los contratos con fines turísticos, en los comodatos y en cualquier forma de contratación que permita actualizaciones más cercanas en el tiempo.
Pero a sabiendas de que es riesgoso, ya que el propietario asume que ante cualquier forma de litigio estará desamparado por no ajustarse a la ley.
Aún así, con todo este conocimiento prefiere correr el riesgo a quedarse anclado. Y es que el mercado es sabio y siempre, como el río, va buscando su cauce, porque el mercado como el río viven, laten y necesitan preservarse a pesar de todo.
En este panorama al menos sombrío por los siguientes meses hasta que no cambien las condiciones, nos movemos todos los propietarios, inquilinos e inmobiliarias tratando de sortear las insólitas condiciones que nos imponen quienes sin conocimiento cabal del mercado inmobiliario intervienen en él perjudicándolo.
No está en mi esencia el pesimismo. Para nada. Pero esto es simplemente un reflejo atenuado, una pincelada de una realidad angustiante y que no avisora una pronta salida.
Alquilar hoy es un drama.
LA AUTORA. Fanny Cruz es corredora pública inmobiliaria.