Por qué son tan buenas las expectativas de crecimiento económico para el 2025

En febrero una caída de la economía era del 3,5% para este año, mientras que el FMI pronosticaba lo mismo en abril. Con un tercer trimestre mejor de lo previsto originalmente este año terminaría con una caída de solo 2,8 %. Las expectativas para el año que viene se han acentuado, este año deja un arrastre estadístico del 2.5% para 2025.

Juan Pablo Rotger
Analista macroeconómico en Mariva Research Licenciado en Economía UBA, maestrando en UTDT, lleva cinco años trabajando en consultoría macroeconómica. Especializado en temas monetarios y financieros, con un enfoque multidisciplinario

La recesión ha terminado. Desde el principio se pensó que la actividad económica sería el talón de Aquiles del actual programa económico. Cuando el presidente Javier Milei tomó el mando sabía que tenía que llevar a cabo algunas medidas duras y los ingresos de los hogares y la actividad económica sufrieron un golpe inmediato. Tras este impacto inicial, la recuperación ha sido igualmente impresionante: los salarios reales del sector privado registrado han mejorado un 12,1% desde marzo-casi totalmente ese golpe inicial- y la economía ha repuntado un 2,7% en el mismo periodo; de hecho con los datos mensuales de septiembre se prevé que el producto interno bruto del tercer trimestre haya crecido a una asombrosa tasa trimestral anualizada y desestacionalizada del 14,2%.

La popularidad del presidente sigue mejorando según el índice de confianza en el gobierno publicado por la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tell,  la opinión positiva respecto de la administración creció 9.86% en noviembre respecto del mes anterior; como referencia la aprobación de la administración Milei se ubica 87% por encima de la obtenida por Mauricio Macri en el mismo mes de su primer año de gestión y 31 7% por encima de Alberto Fernández.

Las elecciones de medio término aún están lejos, pero el hecho de que Milei haya logrado llevar adelante políticas impopulares con su imagen indemne debe ser alentador; el hecho de que la recesión haya sido más corta y leve de lo que se temía en un principio ha contribuido a mejorar la imagen presidencial. En febrero una caída de la economía era del 3,5% para este año, mientras que el FMI pronosticaba lo mismo en abril. Con un tercer trimestre mejor de lo previsto originalmente este año terminaría con una caída de solo 2,8 %.

Las expectativas para el año que viene se han acentuado, este año deja un arrastre estadístico del 2.5% para 2025. Además, esperamos que la economía siga recuperándose el año que viene los factores que contribuirán a ellos son: la desinflación, que llevará una recuperación continuada de los ingresos personales, las inversiones en los sectores energéticos y minero, una contracción del gasto público menor que la de este año, el crecimiento de los rendimientos agrícolas, los menores costos de adquisición de insumos y maquinaria importados y el impacto de la desregulación de varios sectores de la economía. Así actualmente proyectamos un crecimiento del 5,6 % interanual para 2025.

Por supuesto, no están exentos de riesgos. Una preocupación particular es que la apreciación del tipo de cambio real provoque un auge de las importaciones de bienes finales, frenando la recuperación de la industria manufacturera; la construcción podría seguir sufriendo el cese de la obra pública y las decisiones de inversión podrían retrasarse si los agentes empiezan a sospechar una derrota del Gobierno en las elecciones de mitad de término 

Por último, el compromiso inquebrantable con la austeridad fiscal y los niveles negativos de reservas internacionales netas dejan a la economía vulnerable a cualquier choque externo así de todo creemos que 2025 será un buen año para la economía argentina.