A favor y en contra del "club del diálogo" cuya primera tarea debería ser legitimarse
Se pone en marcha el Consejo Económico, Ambiental y Social de Mendoza, con gran expectativa por ser nuevo, por superponerse a la Legislatura y porque se logró convocar a todos los exgobernadores en un núcleo compuesto, además, por representates de sectores y organizaciones.
Este jueves se conformará el Consejo Económico, Ambiental y Social, una de las creaciones impulsadas por el gobernador Rodolfo Suarez con el objeto de darle cuerpo a su concepto de "diálogo" entre sectores sobre los principales temas para un presente que perfile un futuro para Mendoza.
Dos miradas, una optimista y otra pesimista sobre su constitución:
- Positivo. Se ha logrado reunir con tarea que hacer a todos los exgobernadores. Esa experiencia, vale y podría valer más si se discuten salidas para los problemas y no se aporta al embrollo, que para eso ya bastaban los institutos vigentes por la Constitución. Celso Jaque quiso hacer funcionar un equipo con exgobernadores, pero no funcionó más allá de las fotos que se tomaron en aquel tiempo, en donde las cuestiones coyunturales atentaron contra la programación de los asuntos cruciales.
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- Negativo. Es cuerpo que reúne corporaciones y no le pone de entrada una culminación a los tiempos de los diálogos que se propondrán. En lugar de solucionar problemas y destrabar discusiones, podría terminar institucionalizando el "lo dejamos para después" ante la falta de acuerdos y consensos, cosa natural en la vida cotidiana. Mientras se quiere eliminar una cámara legislativa en Mendoza, se crea un superorganismo deliberativo. Pero la representación del pueblo, que "no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes", está en la Legislatura, que tiene facultades para convocar a todos los sectores invitados a conformar el Consejo Económico, ambiental y Social.
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Es una apuesta importante para sumar voces a las discusiones. De algún modo, se define qué voces se quieren escuchar y quedan afuera las que no.
Si es que esta iniciativa surgió tras el profundo malentendido de hace un año en la discusión por la reforma de la ley antiminera 7722, los sectores que se movilizaron y le torcieron el brazo a las autoridades y las instituciones ya se han manifestado en contra del Consejo, por lo que su accionar seguirá siendo informal y marginal.
De allí que la expectativa creada es valiosa e importante y precisamente por ello, la primera tarea de la superlegislatura de sectores y corporaciones debería ser legitimarse: sus diálogos deben dar resultados positivos. Muchos de sus integrantes son avezados luchadores contra las dificultades en sus campos de acción. Ahora están en la arena, a la vista de todos.